¡Cómo me he reído con este pequeño cuento de los mocos de Leo y lo que puede hacer con ellos!

A su gato sin bigotes se lo hace pasar muy mal cuando intenta cazarlo con sus mocos como si fueran un látigo de domador.

Es divertido, sí, pero echo de menos un par de páginas más de carácter educativo en las que se les diga a los peques que utilicen el pañuelo y cómo usarlo. O que sean considerados con sus amiguitos de la guardería porque les puede dar un poco de asquete cuando tienen constipado y les salen mocazos de la nariz.

Bueno, dejaremos esta tarea a los papis y así, cuando lo lean juntos, pues además de reírse también mantendrán un diálogo para aprender.

 

Título: Mocos

Texto e ilustraciones: Lucía Serrano (Madrid, 1983)

2015

Editorial Anaya

Páginas: 18

Para los más chiquitines

Elaine compró a Ming en una tienda de mascotas de Nueva York. Compartía una caja con otros 5 gatos y fue todo un placer para él salir de aquel local inundado por desagradables olores. Se ve que Ming, desde muy joven, ya tenía gusto por la buena vida.

Juntos se trasladaron a la ciudad de Acapulco donde ella regentaba una tienda de ropa. Por el estilo de vida que llevaba, intuyo que el negocio le iba bien.

El día en el que Ming deberá cazar su mayor presa (nada de pajaritos y ratones), comienza la historia con él, ella y un tal Teddie en un yate de vela llamado White Lark.

Desde las primeras líneas ya sabemos que el hombre no le tiene demasiado aprecio al gato y que no le trata  nada bien, excepto cuando Elaine está presente. En realidad, el desprecio es mutuo.

La narradora describe a Ming de forma que parezca muy posesivo con su humana y extremadamente antisocial. Elaine suele hacer fiestas en su chalet y Ming no soporta que tanta gente merodee por sus terrenos, ignorándole, casi pisándole, y entorpeciendo sus múltiples horas de siesta.

Y hasta aquí puedo contar, ya que se trata de una historia corta y más datos podrían restar intriga y sorpresa.

Solo decirte que tu interés por saber lo que sucederá al final no te permitirá despegar los ojos de las 12 páginas que conforma este relato sobre un gato que, como todo felino, lo único que hace es proteger a su benefactora, además de a sí mismo.

La mayor presa de Ming está incluido en el libro: Crímenes bestiales, de Patricia Highsmith, editado en 1989 por Editorial Planeta.

 

Notas.-

Lo encontré en una librería de viejo que, por desgracia, cerró el año pasado.

El marcapáginas es del juego de cartas Cat Lady. Ya que no tengo humanos con los que jugar, les voy dando utilidad luciéndolas como punto de libro.

He visto muchas y diferentes portadas para este libro, por lo que intuyo no será difícil encontrarlo en alguna de sus versiones. Además, tratándose de Patricia Highsmith, seguro que también será fácil de localizar en las bibliotecas públicas.

2 relatos más con gatos comentados en este blog:

Caballo máquina

El día del ajuste de cuentas

Mucho se insiste en vivir el presente, pero un hoy sin una ilusión futura, un sueño, una meta a corto o largo plazo por la que trabajar, harán que este instante en el que respiro (y ya ha pasado un minuto) no tenga sentido.

¿Cómo caminar bajo la rutina diaria sin pensar en ahorrar lo suficiente para irse de vacaciones en verano, anhelando tener dinero y salud para descubrir un nuevo lugar?

 

¿Con qué ilusión despertaremos cada mañana si supiéramos que lo único que nos espera es lo mismo que ayer y que mañana con pequeñas variaciones?

 

¿Durante cuántos años soportaremos algo así sin tener una ilusión? No hablo de conseguir cosas materiales; puede ser una buena amistad, un gran amor, o una piedra con forma de corazón escondida entre la arena de la playa.

Pues gracias a ese sueño de encontrar un humano que la quiera y cuide tal y como lo había hecho antes Margery, es el que le dio fuerzas a Molly para emprender el camino a la ciudad, arriesgando día a día su vida sorteando coches, alejándose de personas deshumanizadas, escondiéndose de perros y gatos ferales, dueños de un territorio que no admitía gatos extraños.

 

Esperando pacientemente, Debbie y ella se encontraron.

 

 

Y como la vida no es sencilla, compartieron penurias, pero también alegrías. Una meta: que el café saliera adelante y poder vivir dignamente de su trabajo. Con la presencia de Molly, brotó un sueño que las llenó a ambas de ilusión. Lucharon para conseguirlo. No fue fácil, pero se hizo realidad.

Si lo que quieres es leer una novela rosa, no será Molly and The Cat Café porque lo que vas a encontrar entre sus páginas son vidas ficticias muy reales, malentendidos, desesperación, desastres caseros y empresariales, mala gente, buena gente, esperanza, amistad y verdadero amor.

 

Si te incomoda que la narradora sea a una gata que, además, entiende todo lo que dicen los humanos, piensa en Molly como una amiga con la que estás tomando un té mientras te cuenta lo que luchó para conseguir una familia, un hogar y un negocio innovador.

Suceden muchas cosas, pero no es este el lugar para desvelarlas. Mejor que sea con el libro en tus manos, en ese rincón de tu casa que tanto te gusta para disfrutar de una buena novela.

Título: Molly and The Cat Café

Autora: Melissa Daley

2015

Editorial: Pan Books

2016

Páginas: 308

Idioma: Inglés

 

 

Ya está disponible en el blog, la segunda entrega. Toca el título para saber más sobre Molly, Debbie y The Cat Café: Christmas at The Cat Café.

Esta semana no tenía intención de salir de casa.

No tengo balcón, ni terraza. Sí una ventana por la que, cuando hay, entra el sol desde bien pronto hasta mediodía. Así que mi vitamina D está asegurada.

Pero sonó el teléfono a las 9 de la mañana... Era de la Biblioteca de Jovellanos comunicándome que había llegado el libro que solicité por préstamo interbibliotecario. No hubo más remedio que aparcar la desgana.

Ducha, desayuno, ropa y calzado cómodo (45 minutos caminando) y para animarme un poco, estreno bolso con gatos que compré el año pasado y tenía guardado no sé para qué momento. "El momento es ahora", me dije.

 

Y allí me fui. Mareada, después de no salir desde el domingo. Apabullada por la gente, el ruido, el tráfico. Agobiada por la dificultad de respirar con la mascarilla, la incomodidad de tropezar con los humanos que nunca se apartan ("Apártate tú", parecen decir sus ojos) y ese viento que hoy no dejaba un pelo en su sitio (tenía que haberme puesto una diadema); de esta guisa, me aventuré y salí al mundo.

 

Aproveché para buscar unos detalles que incluiré en las tarjetas de felicitación de cumpleaños de mis sobrinos. Incluso me compré una cosa gatuna para mí y que, por supuesto -no lo dudes-, compartiré en el blog próximamente. (Ya puedes verla: mi regalo felino)

 

A la vuelta, encontré un minúsculo local que tiene café para llevar. Fuera, enfrente, hay un par de bancos de madera disponibles para clientes cansados. Está ubicado en la calle peatonal que linda con el edificio de la biblioteca. Poca gente pasa por allí, así que me permití tomar un café. Sentada a la sombra de los viejos muros, hice algunas fotos y las compartí en Facebook con extraños de mil y un lugares.

 

 

Después de todo, la cosa no fue tan mal. Le di una tregua al aplastamiento de la desgana y conseguí salir, por unas horas, de mi zona de confort.

Texto y fotografías: Etel García

Gran bola de helado es un cómic o novela ilustrada en la que puedes encontrar 17 historias cortas sobre diversos temas sociales y de actualidad.

Las ilustraciones me podrán gustar o no, más o menos. Las escenas me podrán transmitir algo o nada, en función de que reflejen mis vivencias o las de otras personas conocidas. Si hay texto (poco, en este caso) ayudará a situarnos en la historia que cuenta.

Y toda esta palabrería que estoy escribiendo es para decir que no me ha gustado porque los humanos no tienen ojos, sus narices son desproporcionadas, el aspecto físico de todos es incompleto. Seguro que es intencionado, pero me impide conectar con ellos. Aunque alguna de las aventuras sí las entendí e incluso pude haber sido partícipe en el pasado de situaciones similares, las siento insulsas, insuficientes y con moraleja tópica.

Hay público suficiente, por lo que supongo que a muchos les gustará. Prueba de ello es que está descatalogada y la he conseguido mediante préstamo interbibliotecario.

Te preguntarás qué es lo que me impulsó a leerlo. Pues un gato negro que sale en la portada y también aparece en el interior. Es una gata y la llaman Julia.

No suelo arrepentirme de una lectura que no me guste porque siempre hay algo que sacar de ella. En este caso me centro en la gata Julia. Me alegro de que sea una gatita negra porque no hay muchos en el mundo literario y son los que más problemas tienen para ser adoptados por culpa de las tontas supersticiones humanas. Así que me ha parecido una buena elección dejar ver que es un encanto y una buena compañera de piso y vida.

Las 17 historias cortas se titulan:

Propósitos (gata)

Fantasmas (gata)

El baño (gata)

El cojín (gata)

La llegada de la primavera

Relacionarse

El sur de California

Enter

La metáfora

L'Alguer

Los castillos

El bolsillo

Teletecho

El juego

Gran bol de helado

El rechazo

La gente es gente

Título: Gran bola de helado
Autora: Conxita Herrero
2016
Apa-Apa Cómics
Páginas: 136

La sinopsis la publiqué hace un tiempo. No voy a repetirla aquí. Si crees que te puede aportar más información para decidirte a leer (más bien a verla) Gran bola de helado, puedes ir a la publicación en la que comparto el resumen comercial de esta novela de Conxita Herrero.

¿Y esa fijación por Ryan Gosling? Igual es porque el mismo año de la edición de Gran bola de helado se estrenó La La Land, que por cierto, no he visto. Es un chico guapo, no se puede negar.

Cat and rat es una serie de 10 libros enfocados al aprendizaje de inglés para los más pequeños de la casa o el aula.

En el primero se muestran sin texto, una serie de imágenes de un ratón y un gato. En las siguientes entregas, sobre las mismas imágenes, se van añadiendo palabras hasta completar una serie de 10, entre verbos, sustantivos, conjunciones, etc.

Los niños aprenderán los verbos see, stop, look, can, los sustantivos cat y rat (los protagonistas de la historia), el artículo the, el pronombre personal you y las conjunciones and y that. Formarán frases muy básicas, tanto afirmativas, exclamaciones, e interrogativas que estarán relacionadas con las ilustraciones del gato y el ratón.

Al ir avanzando poco a poco y repetirse en todos los libros bajo las mismas imágenes, los niños podrán relacionarlas y aprenderlas con facilidad.

No sé si estarán dirigidos únicamente a niños de habla inglesa, pero sí te puedo decir que los niños que comienzan a adentrarse en el aprendizaje de este nuevo idioma les resultará atractivo y sencillo.

Cat and rat lo compré en Amazon en una oferta especial por cero euros. Pensaba que sería solo un libro, y ya ves que son 10, así que me imagino que se venderán todos juntos.

Por cierto, las ilustraciones son muy bonitas y aunque se centran en un gato y un ratón, hay muchos elementos en los que los niños se podrán fijar.

Aprender jugando suele ser una buena opción, especialmente cuando se trata de un nuevo idioma.

Título: Cat and rat

By Melinda Thomson with Melissa Ferrell

Illustrated by Doug Oglesby

Budding readers

Llega el otoño, la época de bufandas. Aunque este año sé que saldré poco a la calle, cada broche con gatos tendrá su ocasión para lucirse.

El primero lo compré en 2019, no sé exactamente en qué momento, pero sí la pequeña tienda que lo exponía en el escaparate invitándome a entrar.

En verano, adorna un par de bolsos vaqueros y en otras épocas del año, los pañuelos de cuello.

En alguna ocasión recuerdo que lo puse en una chaqueta de lana gris para darle un toque de color.

Los que siguen los hice yo misma. Hay más, pero ya sin gatos.

Este fue el primero de todos. Una especie de experimento que, milagrosamente, salió más o menos bonito.

El segundo broche con gatos está diseñado a partir del botón que es el que lleva un gatito. He intentado que los colores se adaptaran a él, tanto en la base de ganchillo en la que va cosido, como las plumas y bolas de madera.

Con el mismo botón tengo también un anillo y un marcapáginas. Pendiente de hacer, porque hay más, un collar y tal vez una pulsera.

Seguro que este invierno diseñaré alguno más. Unas cuantas ideas rondan mi cabeza y hay material de sobra en las cajas, así que pasaré alguna tarde de frío y lluvia creando, aunque al final, vivan solo aquí como imágenes para el recuerdo.

Una vez más, un libro para los peques de la casa puede resultar divertido a los adultos.

Fuz es un gato que les va a enseñar a los niños las formas: cuadrado, círculo, etc. de una forma visual que les permita identificarlas fácilmente, además con unas rimas que hasta yo les iba poniendo música mientras lo leía.

Fuz tiene unas ocurrencias muy graciosas, al menos a mí me lo parecen, que te sacarán una sonrisa.

Las ilustraciones, llenas de color, también podrán servir a los padres para ampliar el cuento y enseñarles, aparte de las formas, los colores.

Fuz es un gato muy divertido y muy listo. Me ha encantado conocerle.

Título: Fuz y las formas

Autor: Alejandro Laurenza

(Twitter: LaurenzaAle )

Ilustraciones: Lucila Cardozo
Páginas: 14

Nota:

En Twitter, muchos escritores se quejan de que no ven si se comentan sus libros, no se dejan opiniones en Amazon, etc. Yo, por mi parte, siempre que leo un libro procedente de Amazon, bien comprado o en kindle unlimited, lo primero que hago, una vez publicada la entrada en el blog, es dejar allí unas líneas. Luego lo comparto en nuestra cuenta de Twitter.

Pero, ¿qué me ha pasado siempre? Pues que  desconozco si los autores de los libros que leo tienen redes sociales o web, por lo tanto, me resulta imposible citarlos. Esto es algo que deberán de tener en cuenta, especialmente aquellos que editan sus propios libros y no a través de una editorial que les promocione.

Alguna vez los he buscado y no siempre aparecen, o hay otra persona registrada con su nombre y no me arriesgo a hacer una mención para quien no es.

Por eso, a partir de ahora, si en el libro que lea, el autor deja constancia de su web y redes sociales (como es el caso de Alejandro), añadiré los enlaces en la entrada del blog para que quienes lleguen aquí, puedan ir allí a conocerles mejor, ver si tienen más libros publicados, etc.

Me llamó mucho la atención la portada con el precioso gato que resultó no ser real, sino una figurita de porcelana con poderes mágicos.

Pelusa y el narrador son hermanos gemelos. Buscando una pantaloneta de calaveras y rayas que quería Pelusa, llegaron al Barrio Chino en La Habana. Allí conocieron a las gemelas Lu Mai Ching y Mai Lu Ching, propietarias de la dulcería Las Mariposas Chinas y del tan preciado gato.

Se hicieron tan amigos, que quedaron en volver a verse. Fue más pronto de lo que pensaban.

Esa misma noche alguien robó la figurita tan valiosa del gato; así que Lu Mai y Mai Lu fueron a casa de Pelusa y el narrador para pedirles ayuda.

Si dudarlo, se fueron a buscar a la intrépida Florecita Chang que, o me he saltado una hoja o en realidad no hizo mucho, porque cuando llegaron al Barrio Chino ya estaba allí la policía. ¿Sería ella la que les llamó pidiendo ayuda?

Por supuesto el final es de lo más feliz y los cinco personajes lo festejan juntos.

Pues tendré que leer la primera parte: Florecita Chang y los misterios del Barrio Chino I para ver si salen Pelusa y el narrador, saber su nombre y algo más sobre estos gemelos.

La historia no es demasiado complicada. La leí 3 veces para encontrar una moraleja o algo, pero no conseguí ir más allá de ver un cuento muy sencillo para niños. Lo que más me ha gustado han sido las ilustraciones que son realmente llamativas y coloridas, siendo la del gato azul celeste de lo más bonita.

Título: Florecita Chang y los misterios del Barrio Chino II: El Gato Azul Celeste

Autor: Enrique Pérez Díaz

2020

Páginas: 32

Esta ha sido una de las pocas ocasiones en las que llego a tiempo. En cuanto S. me dio la noticia de que esperaba la llegada de la pequeña Juno me puse a ello.

Sabía exactamente lo que quería regalarle: una cesta, un marcapáginas y un pañuelero en rosa y gris hechos por mí a ganchillo. Como no quería descubrir la sorpresa preguntándole qué tamaño de pañuelos usaría, decidí hacer dos pañueleros: uno para el paquete pequeño y otro para el grande.

En el hogar de S. se lee. Por eso hay  un marcapáginas para los primeros cuentos.

Y, por supuesto, el doudou con carita de gato. Me hubiera gustado hacerlo yo también, pero no vamos a tentar a la suerte y que quede hecho fatal. Lo busqué y lo encontré así de guapo.

Sé que a S. le gustan las cosas sencillas, hechas a mano, así que estoy convencida de que le han gustado. Además, son muy prácticas.
Es verdad, viendo la foto recuerdo que también añadí dos toallitas pequeñas en el color lila del doudou.


En la mitología romana, Juno era una diosa, equivalente a la Hera griega, diosa del matrimonio y reina de los dioses. Hija de Saturno y Ops, hermana y esposa de Júpiter, con el que tuvo dos hijos, Marte y Vulcano y una hija, Lucina. Juno fue una deidad mayor de la religión romana y formó parte, junto a Júpiter y Minerva, de la Tríada Capitolina, un importante culto romano. En la mitología romana Juno representa a la maternidad.