Gloria es el nombre de la gata que aparece en contadas ocasiones en esta novela intimista. Habrá que esperan a superar la mitad de las páginas para conocerla, aunque ya antes se intuye su llegada.
No es Elena, la protagonista, la que quiso adoptarla, sino Lázaro, el marido de su tía, al cual ella está cuidando en su casa. Por tanto, ya sabemos que solo actuará como gato gato. Ciertamente, será muy querida, pero poco nos cuentan sobre Gloria más allá de describirla y remarcar que es muy activa, pero no es de extrañar, ya que es casi un bebé.
Si bien es cierto que Elena no estaba muy emocionada con llevar a su casa gato o perro, cedió ante la insistencia de Lázaro, prefiriendo gato a perro ya que suponía que este último le daría mucho trabajo y no quería más responsabilidades.
La gatita introdujo en la vida de Elena a otras personas, como a Teresa que, en unas pocas páginas, le descubre que hay otros humanos menos afortunados y otros gatos con vidas precarias. Recordemos que Elena es de buena familia y se ha rodeado siempre de gente pudiente.
Hay otra situación en la que la llegada de la gata Gloria influye en Elena. Te dejo que la descubras tú si te animas a leer De la melancolía.
Respecto a la parte humana de la novela, pues como dije es intimista, al estilo autobiografía. Trata temas políticos, clases sociales, amor y desengaños, amistades peligrosas, crisis económica y personal, depresión a la que llaman melancolía, quizás para hacerla menos incómoda, para suavizar la crueldad de la vida o de algunas personas que, de una u otra forma, a propósito o sin pretenderlo, hacen daño.
No me encantó. Entretiene. Es lenta. Aceptable para leer en un fin de semana de invierno, en climas fríos que invitan a quedarse en casa con manta y chocolate caliente.
La leí sabiendo que, de alguna manera, aparecería un gato. Así ha sido. Eso me bastó.
Por otra parte, tengo pendiente otra novela de la misma autora en la que no sé si habrá o no mininos, aunque sí aparece uno en la portada de Irlanda. La he buscado en las bibliotecas de Gijón y la edición que comento la podré pedir prestada en Roces, Contrueces, Vega-La Camocha y en El Natahoyo. La anotaré en mi agenda para dentro de unos meses, cuando aligere la carga de lectura que tengo actualmente.
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