Una película basada en un libro que no había
leído y que me encanta.
Un libro que decido leer y se parece más bien
poco a la versión cinematográfica; sin embargo, disfruto de igual manera.
Dos opciones de Bajo el sol de la Toscana,
película y libro, para ver o leer, según el momento.
La historia es claramente autobiográfica.
La autora y su marido son profesores en dos
universidades estadounidenses, lo que les permite viajar más de dos meses
durante el verano y uno en las vacaciones de Navidad.
De entre todos los lugares del mundo que visitan
se encuentra Italia, a la que vuelven en varias ocasiones. En un momento dado
deciden comprar una casa en la Toscana, concretamente en Cortona, donde abundan
restos etruscos, cultura de la que Frances es una apasionada.
En este primer libro, nos va relatando la
consecución de las obras a lo largo de tres años, con todos los problemas que
ello conlleva, principalmente porque la mayoría de los arreglos se van a
realizar mientras ellos están en San Francisco.
A su regreso, durante los períodos de vacaciones,
los dos participan en la reconstrucción, así como en la decoración de
interiores que intentan se adapte lo más posible al estilo de vida de la zona.
En ella, todavía sin terminar, se reunirán con
amigos y familiares, cocinarán, celebrarán una boda, y esperarán pacientes el
día en el que todo finalice y puedan empezar a vivir plenamente en cada una de
las habitaciones.
También nos relata sus escapadas a lugares
cercanos, la vida en el pueblo de Cortona, las reuniones con otros compatriotas
que han elegido la Toscana para instalar su segunda residencia, el peculiar
carácter de los habitantes de la zona...
Hace especial hincapié en la vida de la región,
en la importancia de vivir de forma sencilla con lo que el campo nos da. Ya que
viene de una familia a la que le gusta cocinar, comienza a preparar platos
típicos italianos con productos de su propia huerta y con
los que compra en el mercado local. De hecho, hay varias páginas con recetas
típicas de la cocina italiana que ella misma elabora en su preciosa cocina
rústica.
Historia, literatura, vida “slow” y “minimal”,
confraternización, disfrute de la naturaleza. Hay muchas cosas en su relato que
si no consiguen hacerte visitar la Toscana inmediatamente, al menos sí pensar
en ir algún día.
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Título: Bajo el sol de la Toscana
Autora: Frances Mayes
1996
Traducción: Encarna Quijada
Editorial: Seix Barral
2004
Páginas: 319*******
La segunda parte de Bajo el sol de la Toscana,
lleva por título Bella Toscana.
Aquí te dejo la sinopsis comercial. En algún
momento, ya que hay disponible un ejemplar en una biblioteca municipal de mi
ciudad, también lo leeré.
Páginas: 320
Frances Mayes hizo que el mundo se enamorara de
Italia con Bajo el sol de Toscana. Este encantador best-seller superó la
cifra del millón de ejemplares vendidos y ocupó durante nada menos que un año
el primer lugar en las listas de diarios como The New York Times o el San
Francisco Chronicle. Ahora Mayes regresa a la plácida vida rural para encontrar
la felicidad en las cosas sencillas. Salpicada de suculentas recetas y escrita
con la prosa sensual y evocativa que consagró a su autora, Bella Toscana
es una apasionada celebración del dulce transcurrir de la vida en Italia. Mayes
escribe sobre su profunda conexión con la tierra, sus florecientes amistades
con gente de la zona, la satisfacción del arte, la comida, el buen vino, y las
recompensas y ocasionales angustias de la restauración en curso de su villa.
Describe la mágica temporada en que la primavera da paso al verano, las
tradiciones y la cocina toscana.
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Y respecto al asunto de los gatos... Sister en San francisco y Frances en la Toscana.
Si bien en la película, la protagonista se lleva como recuerdo de una noche romántica un gatito, en la realidad del libro, Frances deja a su querida gata Sister en San Francisco. Está claro que son demasiadas horas de vuelo y cambios horarios para un gato.
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Y respecto al asunto de los gatos... Sister en San francisco y Frances en la Toscana.
Si bien en la película, la protagonista se lleva como recuerdo de una noche romántica un gatito, en la realidad del libro, Frances deja a su querida gata Sister en San Francisco. Está claro que son demasiadas horas de vuelo y cambios horarios para un gato.
Aunque la escritora aprovecha cualquier ocasión para mencionar tanto a la suya como a otros gatos que irá descubriendo por el camino.
Aquí dejo sus palabras al respecto:
Página 52
En
algún lugar, a años luz de aquí, Bramasole está ahora en sombras; el
sol de la tarde ha desaparecido tras la cima de la colina. Y a muchos
más años luz de distancia, ya ha amanecido en California; la luz penetra
en el comedor, donde Sister, la gata, calienta su piel en la mesa que
hay junto a las ventanas.
Página 92
Si
por lo menos Sister estuviera aquí. Es una buena compañera en los
momentos de soledad. Aquí hace demasiado calor para que se ponga a
dormir a mis pies, como a ella le gusta hacer. Tendría que ponerla en
un cojín a los pies de la cama.
Página 109
Sister
sale a recibirme con un miau lastimero y se restriega rápidamente
contra mis tobillos. La cojo para aspirar su olor a hojas húmedas y
tierra. En Italia, a menudo despierto pensando que se ha subido a la
cama. Se sube encima de mi bolso y se acurruca para echar una siesta. Se
lo merece, por lo que pueda haber sufrido en mi ausencia.
Página 124
El único que parece dormir es un gato que se ha aposentado sobre el coche de la policía.
Página 126
La
pizza es excelente, y nadie parece reparar en las cortinas polvorientas
o en el gato que se ha subido a la mesa de al lado y está acabando con
los restos de la comida de alguien.
Página 148
Pensaba
que desvainar guisantes era un acto meditativo hasta que vi en la
ciudad a una mujer sentada junto a la puerta de su casa con un gato
durmiendo a sus pies.
Página 295
El trueno me sacude como un gatito al que un gato mayor coge por el cuello y me devuelve a casa.
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