La novela Navidad en el acogedor café de los gatos nos saló gratis en una oferta puntual. Bien. Que fuera gratuita no es disculpa para dejar de comentar que la traducción es rarísima en algunos párrafos. No dejé de leerla porque, en la mayoría de las ocasiones, me hacía reírme sola intentando descifrar qué quería decir la frase. No sé si la traducción fue de una persona o de una IA, pero rara, es un montón.
Segundo asunto que ya tiene que ver con la historia es que relata cada día la rutina de los humanos Lizzy y Nash y es eso, rutina de despertar, desayunar, atender la cafetería, subir leña a la casa, etc., más un pequeño detalle para diferenciar un día del otro, cansa un poco, sinceramente.
Respecto a los gatos, pues tenemos a la gata Willow y al gato Miso que no hacen nada, salvo interminables siestas en la cafetería y saludar a algún que otro cliente. El único que actúa como rey y señor de la casa y el negocio 'Purr&Pour', situado en un pequeño y encantador pueblo inglés llamado Hollywell, es el gato gris Percy. Fue él quien ayudó a que Nash se quedara unos días en casa de Lizzy, atrapado por la nieve; aunque, si hubiera querido realmente irse, habría podido: no tenía problemas de dinero para que le vinieran a buscar en un vehículo especial por aire o carretera.
Especial mención a la gata atigrada Mary, que llegará con sorpresa unos días antes de Nochebuena.
Final feliz, por supuesto, y ninguna escena que impida a los jóvenes leer esta historia romántica, aunque me temo que la dejarán de lado en la segunda o tercera frase a la que no le encuentren sentido.
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