31/12/2020

Se fue, se fue, 2020 se fue

Le he dado muchas vueltas a qué quería escribir sobre este año. Tengo que dividir el análisis en dos blogs, así que, en este, me centraré en el tema gatuno.

He trabajado mucho, muchísimo en 2020, en lo que respecta a leer y comentar libros de gatos. 

Ya que en marzo nos encerraron en casa y las bibliotecas permanecieron cerradas durante meses, todas las búsquedas y lecturas anotadas quedaron en suspenso. Entonces, Amazon ofreció 2 meses gratuitos para leer libros en su aplicación de Kindle Unlimited. Allí descubrí tantos libros en español y en inglés, que una vez terminado el plazo, me suscribí por 10€ al mes.

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¿Has visto alguna vez a un niño rodeado de juguetes o de dulces que no sabe por dónde empezar y cuál coger primero? Al final, sale con los brazos llenos de cosas y los bolsillos a rebosar. Pues así estuve yo descargando y leyendo libros de gatos durante meses. Lo que no tuve en cuenta fue el tiempo: las horas de lectura y las de escribir.

Con todo esto, a primeros de diciembre me sentí ahogada en un mar de títulos, queriendo abarcar tanto y sin poder, que solo se me ocurría cerrarlo todo, irme por la puerta de atrás sin decir nada, avergonzada, y no leer ni una historia más el resto de mi vida.

Me tomé un pequeño descanso. Hice una lista de lecturas a corto plazo. Me di un respiro. Solo había una solución para disfrutar realmente de leer y escribir: aplicar eso que tanto digo: que leo despacio. Y sobre todo y especialmente, pensar más en mí, en leer lo que me pueda gustar, y no en lo que quiero ofrecer a los demás. Esto no es un negocio. El blog es un pasatiempo "miauravilloso" con el que quiero seguir.

Libros leídos en 2020: más de 100, incluyendo los de sin gatos.

Libros que leeré en 2021: no creo que llegue a 25 con gatos o de gatos, más una docena o así de los otros. Todo dependerá del número de páginas.

El único propósito gatuno para el próximo año será leer libros de gatos, con gatos y otros felinos para lectores adultos, alguno de adolescentes, unos 4 en inglés. Me estoy planteando descansar de los infantiles. Igual alguno que me llame especialmente la atención. Y fuera de libros, seguir con las citas y con las cosas gatunas y sus historias. Y ya está. Bueno, sí, me quedan las películas que tengo un poco abandonadas.

Respecto a las redes sociales poco puedo decir, salvo que es un desastre de éxito. Ya no sé si es que soy yo que no sé comunicar, si es el algoritmo que no enseña a nadie lo que comparto básicamente porque no le pago a Facebook ni a Instagram, si son los humanos al otro lado que están hartos de todo... El caso es que ya no le voy a dar más vueltas. Seguiré compartiendo los enlaces a las entradas del blog que es lo que de verdad merece la pena y respondiendo a los pocos humanos que nos dan un "megusta" o comentan. Básicamente son siempre las mismas personas y es de agradecer su interés por esto que hacemos.

Lo importante es disfrutar y aprender de cada historia, incluso de las regulares.

 

 

Nota.-

La imagen que ves en esta entrada la hice con la foto de un calendario de Pixabay (imágenes gratis) y 10 stickers (como no soy de pago, no me deja poner más) de la App PiscArt.

28/12/2020

Mi casa parece un zoo

Compré Mi casa parece un zoo en una pequeña librería de viejo sin saber si en esta historia la presencia del gato sería relevante.
 
Cuando descubrí esta librería en uno de mis paseos mañaneros, le pedí que me guardara todos los libros en los que hubiera gato: portadas e interior.
 
Hasta que cerró, hace cosa de un par de años, conseguí algunos libros que ya he ido comentando en el blog; me faltan un par más. Fue una pena que con tan solo un año abierta, tuviera que cerrar. Pudo ser porque estaba en un barrio y no consiguió suficientes ventas, o por cuestiones personales. No llegué a saberlo. Al menos me quedan los libros que allí descubrí.

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Escasa relevancia tiene el gato, pero como ya bien sabes (llevamos por aquí varios años) si hay un gato, por poco o nada que diga, va a vivir en este blog.
 
Murdor es el gato siamés que le compraron a Eduardo a ver si así se le quitaban las ganas de seguir queriendo un perro. Pero el gato salió un poco "loco" y el niño pasó pronto de su idea de llevarlo a pasear al parque. La narradora, su hermana, incluye un test para saber si conocemos a nuestros gatos.
 
Por su casa siguieron pasando animales, unos tras otros, hasta que, por fin, llegó el perro, por supuesto.
 
Una historia muy divertida y muy instructiva para los progenitores. Si es que algunas veces no hay que hacer caso a los niños. O eso, o educarles para ser responsables. Al final, todos aprendemos algo.
 
Aunque es un libro infantil, personalmente lo recomendaría más a los adultos, especialmente a aquellos que tienen niños en casa, o sobrinos, o nietos. A ellos, a los mayores, les va a dar una buena lección porque con los años, solemos olvidar lo que nos emocionaba de niños, lo que queríamos, lo pesados que podríamos resultar cuando algo se nos metía en la cabeza. No parábamos de repetirlo una y otra vez. A mamá, a papá, y vuelta a empezar esperando que alguno se hartara de escucharnos e hiciera realidad nuestro sueño.

Una bonita lectura para compartir todos los miembros de la familia.
 

Título: Mi casa parece un zoo
Autor: José María Plaza
Ediciones SM
1998
Páginas: 135
 
Nota: Hay una reedición en 2005, con la misma editorial.
 
 
De niña, quería un gato. Lo que te cuento a continuación me ha hecho identificarme con Eduardo.
Mis padres me compraron un canario. Cuando me levantaba temprano a estudiar, no dejaba de cantar y tenía que taparlo con un paño para que se callara. Me empecé a obsesionar con la libertad. Un día, lo saqué de la jaula y lo dejé en la ventana. Lo observé hasta que salió volando. No volvió.
Después de aquello, llegaron dos peces y dos tortugas, no a la vez. Cuando uno se moría, me compraban otro. Hasta que dije: ¡Basta!; y nunca más quise mascotas en casa.
 
Un domingo, ya pasados muchos, pero que muchos años de aquellas tristes historias con pájaros, peces y tortugas, conocí a gata Rassel. Llevaba tres días en el mundo y ya apuntaba maneras de fuerza, independencia y poderío apartando a sus hermanos para comer ella la primera. Me enamoré perdidamente de aquel ser tan diminuto, tan vivo y, aparentemente, nada indefenso. Un mes más tarde, se vino a vivir a casa.

21/12/2020

El mapa del tesoro escondido

Así comienza esta novela:

El narrador, que debería ser el protagonista y que no tiene nombre, se encuentra en la calle con Make, un amigo al que hace años que no ve.

De mala gana se deja convencer y van juntos a comer a una taberna. Así empieza la pesadilla, con Make y su imparable verborrea que resta importancia al otro hombre a lo largo de toda la novela. A pesar de eso, mientras leo, siempre pienso en él  y lo triste de su situación escuchando a Make sin que le deje opinar o hablar de otra cosa que no sea lo que le interesa a su "amigo".

A veces parece que Make le cuenta historias ciertas y otras, inventadas en el mismo momento de hablar, porque así le conviene para salir él bien parado.
 
Todos hemos tenido a lo largo de nuestra vida un amigo como Make. Siempre tiene algo que contar, anécdota, cuento, recuerdo, y parloteando sin cesar, sin importar si a los demás les interesa.

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Encuentro un poco difícil de entender las anécdotas que cuentan Make, su amigo y los ancianos, por ser típicas del país. Aprecio cierta crítica política y de sus representantes, unas veces por boca de Mako y otras de personajes de relleno; desencanto de la sociedad, trabajo y posibilidades de prosperar.

Si he optado por comentarla en el blog de Rassel ha sido por la portada y la alusión al bigote del tigre que apareció en una sopa y que, sinceramente te digo, no tengo ni idea de lo que significa. Busqué información de la novela y me encontré con esta frase: "El bigote del tigre simboliza el acceso al conocimiento verdadero del ser humano y sus verdadera naturaleza." A esto me refería antes con lo de no entender partes de las historia.
 
No sé si volver a leerlo me podría aclarar algo o será perder el tiempo. Ya sabes que en cada cultura hay cosas propias y si no hay una persona que pueda explicárnosla, nos quedaremos con cara de ignorancia.

 

Título: El mapa del tesoro escondido
2003
Autor: Mo Yan (Gaomi, Shandong, China. 1955)
Traducción: Blas Piñero Martínez
Kailas Editorial
2017
Páginas: 100

Biblioteca El Llano, Gijón.

17/12/2020

Alfie, the Christmas cat

La tan esperada séptima entrega de Alfie, el gato inglés, ha llegado. Lo compré en formato electrónico porque no están las cosas como para fiarse de que llegara en papel en poco tiempo. Lo pediré cuando el mundo se calme un poco, pues quiero tenerlos todos juntitos en mi biblioteca.

En esta ocasión, la historia gira en torno a un festival de Navidad para recaudar fondos que ayuden a un refugio de personas sin hogar.
 
Todo comenzó cuando Aleksi y Conni debían pensar en un trabajo para el instituto. Alfie los acompañaba cuando le pidieron ayuda a Claire y él tuvo la idea, cosa que no deja de repetir cada vez que tiene ocasión.
 
alfie-christmas-cat

 
Todos los miembros de las familias de Alfie se involucran en el proyecto, además de vecinos y compañeros de clase de los chicos, sin olvidar a los gatos del vecindario, por supuesto. Trabajan muy duro para que salga perfecto y conseguir recaudar suficiente dinero con el que ayudar a los más necesitados. Todos los humanos quieren hacer un poco más llevaderas estas fiestas a esas personas sin hogar, sin familia, sin recursos. También deciden pedir donaciones de ropa y accesorios de higiene básicos para repartirlos como regalos de Navidad.
 
Como en cualquier comunidad, siempre nos vamos a encontrar con alguna persona que envidia la felicidad de los demás y, en vez de encontrar su lugar, integrarse, participar y disfrutar, lo que hace es destruir la ilusión de los otros. Alfie, junto con sus amigos gatos, descubrirá quién está detrás de los ataques para que el festival no pueda celebrarse.
 
Al final, el esfuerzo obtiene su recompensa y el festival es todo un éxito.
 
Llegados a ese número, resultará más fácil disfrutar de leer Alfie, the Christmas cat si has leído los anteriores. De hecho, es lo que recomiendo. Es muy bonito ver crecer a los niños, cómo van madurando los adolescentes, las nuevas incorporaciones. La vida no es perfecta, pero con humanos como los que conviven con Alfie, siempre es más llevadera, incluso en momentos de crisis.
 
En cuanto a mí, ha llegado un punto en el que no sé dónde acaba un libro y empieza otro porque la estoy viviendo como una historia completa.
 
¿Habrá nueva entrega el próximo año? Así lo espero. Aún queda mucho que contar.
 
Si quieres acceder a lo que he comentado de los seis libros anteriores, solo tienes que tocar la etiqueta que verás a continuación: Alfie-collection
 
 
 
Título: Alfie, the Christmas cat
Autora: Rachel Wells
Editorial: Avon
2020
Páginas: 400
Idioma: Inglés
 




Reflexión.-
 
Me encanta todo el ambiente navideño que Rachel Wells recrea en la novela. No es algo que haya vivido y tampoco es normal en mi entorno. La decoración, los regalos, los menús, el espíritu navideño de los humanos me recuerda a esas películas americanas e inglesas en las que todo es tan idílico, que hasta nieva el día 24 de diciembre y todos ríen y se abrazan y se besan.
 
Mi experiencia siempre ha sido muy minimalista, con escasa decoración, y pocos regalos. Si a ello unimos la situación que estamos viviendo en este caótico año, leer Alfie, the Christmas cat me ha transportado durante unas horas a una especie de cuento de hadas. Ha sido agradable sentirme partícipe del proyecto del festival, del esfuerzo y pasión que todos pusieron en él.

14/12/2020

Manchas, un gato rescatado

Manchas es un gato gato en esta historia. Conoceremos su carácter y pelaje por el narrador y por Alicia, una auténtica mamá gatuna humana. Así que no te voy a contar nada sobre él porque prefiero que le conozcas cuando leas el cuento.

¿Cómo es posible que la presencia de un simple gatito pueda afectar de tal forma a dos humanos uniéndoles más y afianzando su relación? Manchas les dio la oportunidad de cuidar de otro ser vivo que no fueran ellos mismos.

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Un acontecimiento inesperado les separó. Sus caminos se volvieron a cruzar años más tarde.

 

Es interesante comprobar cómo se pueden decir tantas cosas en un cuento que se lee en apenas 15 minutos. Hay ocasiones en las que una novela me resulta corta; me hace falta saber más o de los personajes o de lo que les sucede. Ramón Augusto ha sabido transmitir todo lo necesario en un espacio breve. Si no necesito más información, es porque lo ha hecho realmente bien.

Considero que es un cuento para adultos por varias razones, especialmente por una pequeña escena íntima, muy tenue, pero explícita. También por los dos personajes que comienzan como universitarios y se reencuentran teniendo pareja e hijos.

Sin ninguna duda te lo recomiendo. He visto más cuentos del mismo autor que seguro leeré. 

 

Título: Manchas
Autor: Ramón Augusto
Páginas: 7



Reflexión.-
 
Leer Manchas me ha recordado mis años de universidad.
 
Éramos amigos del alma, pero las diferentes carreras que escogimos a los 18 años nos llevaron por distintos caminos. No hemos vuelto a vernos. Supongo que ya no nos conoceríamos si nos cruzáramos por la calle. Sería agradable poder tomar un café con alguno de ellos y saber cómo le ha tratado la vida, si se ha cumplido alguno de sus sueños y decirle que yo, al menos, he conseguido 2: vivir en Gijón, al lado del mar, y acariciar a una gata. El tercero era escribir.

09/12/2020

Misticat, juego de cartas con gatos

Misticat es el segundo juego de cartas con gatos que vive en nuestra casa. Lo compré hace un par de meses, en una de esas pocas ocasiones en las que estoy saliendo al exterior, no porque sufra alguna enfermedad agorofóbica ni nada de eso, sino por el global asunto del coronavirus. En estas fechas no tenemos confinamiento en el hogar, aunque sí una recomendación de salir lo menos posible. Y yo, que no soy para nada muy obediente, me paso el día entre las labores del hogar, leer, escribir, pensar y mirar por la ventana.

Volviendo al juego de cartas de Misticat, te diré que no me pude resistir a comprarlas, aun sabiendo que es para niños de entre 4 y 7 años. Son cartas de gran tamaño y mucho colorido. ¡Qué quieres, si no juego, las utilizaré de marcapáginas y tan contenta!

A continuación te voy a contar cómo se juega por si te apetece regalárselas a tu peque, sobrino, nieto o para ti.

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Jugadores: de 2 a 4; aunque no creo que sea un problema si se juntan 5 o 6.

¿Cuántas cartas hay? 33. Serán 32 para asociar por parejas iguales y 1 más que es Mistigri.


¿Quién es Mistigri y para qué sirve? Pues es la carta peligrosa. Si cuando termina el juego la tienes en tus manos, has perdido.

¿Cómo se juega?
 
Se reparten todas las cartas.
 
Empieza el jugador más joven y luego se sigue por la izquierda, en el sentido de las agujas del reloj.
Lo primero se mira si entre las cartas que tiene cada uno se pueden formar parejas y se dejan boca arriba en la mesa.

Seguimos.
 
El primer jugador coge una carta al azar del mazo de su vecino de la izquierda. Si puede formar una pareja, la pone encima de las otras que ya tuviera. Si no puede,  la deja en su mazo.
El segundo jugador coge una carta del mazo del siguiente y así sucesivamente.
Y es aquí cuando el que tenga a Mistigri debe esperar que algún jugador lo escoja y nos lo quitemos de en medio porque quien lo tenga al finalizar el juego, pierde.
 

El primer juego de cartas que compré lo puedes ver en esta entrada del blog: Cómo jugar a las cartas de Cat Lay

07/12/2020

Cementerio de animales

Sé que hay muchas, muchísimas personas a las que les gustan las novelas de Stephen King. Yo no soy una de ellas. No podía decirlo hasta que no leyera alguna, así que ahora que he conseguido con muchísimo esfuerzo llegar a la última página de Cementerio de animales, ya tengo claro que su miedo psicológico no es para mí.

Me gustan las novelas de intriga, investigación de robos y asesinatos tipo Agatha Christie y Arthur Conan Doyle. Pensé que podría con Stephen King, pero no fue así.

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Hasta un poco más allá de la mitad me gustó. Su estilo al describir el carácter de los personajes, sus miedos, ilusiones, los paisajes, etc. me parecían muy acertadas. Se ve que tiene un gran conocimiento del ser humano. Pero ya, cuando sucede lo que sucede (no voy a desvelarlo porque habrá muchas personas que aún no lo hayan leído y puedan estar interesadas) y vi que nadie podía hacer nada (ni yo tampoco), que el desastre estaba servido, me empezó a doler la cabeza y el cuello porque me sentía como si fuera un personaje de la novela, quería llegar a tiempo para evitar la catástrofe, sabiendo que sería del todo imposible.

Evidentemente lo leí porque hay un gato. Se llama Winston Churchill. Pertenece a la hija de la familia protagonista, y todos le llaman Church. Muy apropiado, sí señor.

¿Qué pinta Church en la novela? Pues poca cosa. Es un gato y punto. ¿Será un elemento importante en la historia y el desenlace? Pues igual. Yo estuve intrigada durante un tiempo. No sabía si sería él o Smucky, el gato enterrado en el cementerio. Te dejo con la duda.

Todavía me quedan dos libros más del autor en los que hay felinos. Van a tener que esperar. Sufrir así, a lo tonto, me parece que con una vez al año es más que suficiente.


Título: Cementerio de animales
Autor: Stephen King
1983
Traducción:  Ana María de la Fuente
Editorial: Plaza &Janés Ediciones
1994
Páginas: 482
 
 
Nota de agradecimiento.
 
Gracias a mi cuñada que me lo prestó. No quería comprarlo y no lo encontraba en ninguna biblioteca de mi ciudad. Necesito devolvérselo cuanto antes. Me está haciendo mirar a Rassel con más detenimiento.

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