Manchas es un gato gato en esta historia. Conoceremos su carácter y pelaje por el narrador y por Alicia, una auténtica mamá
gatuna humana. Así que no te voy a contar nada sobre él porque prefiero
que le conozcas cuando leas el cuento.
¿Cómo es posible que la presencia de un simple gatito pueda afectar de tal forma a dos humanos uniéndoles más y afianzando su relación? Manchas les dio la oportunidad de cuidar de otro ser vivo que no fueran ellos mismos.
Un acontecimiento inesperado les separó. Sus caminos se volvieron a cruzar años más tarde.
Es interesante comprobar cómo se pueden decir tantas cosas en un cuento que se lee en apenas 15 minutos. Hay ocasiones en las que una novela me resulta corta; me hace falta saber más o de los personajes o de lo que les sucede. Ramón Augusto ha sabido transmitir todo lo necesario en un espacio breve. Si no necesito más información, es porque lo ha hecho realmente bien.
Considero que es un cuento para adultos por varias razones, especialmente por una pequeña escena de sexo, muy tenue, pero explícita. También por los dos personajes que comienzan como universitarios y se reencuentran teniendo pareja e hijos.
Sin ninguna duda te lo recomiendo. He visto más cuentos del mismo autor que seguro leeré y comentaré en mi blog humano Palabras con olor a coco, salvo que aparezca otro gatito.
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