A veces, caen en mis manos libros que no son novelas. Curiosamente, sabiéndolo de antemano o sin tener ni idea, en todas se menciona o sale algún gato.
En la página 265 de esta edición, cuando habla de Muybridge y Marey, cuenta que este último creo unas composiciones que comprimían el tiempo en una sola imagen y las llamó "cronofotografías". Un famoso ejemplo fue una placa que mostraba las posiciones sucesivas de un gato mientras giraba en el aire y rectificaba su postura justo antes de tocar el suelo para caer sobre sus patas.
Mi Londres, Bajo el sol de la Toscana, El arte sueco de ordenar antes de morir, Cuál es tu tormento (te dejo al final los enlaces a las entradas del blog en las que los comento, pues todos son muy recomendables), al igual que Todo en su sitio, son autobiográficos, ligeramente novelados y, de diferentes formas, han calado hondo en mi mente revuelta, siendo como son, todos muy diferentes.
Son personas que han vivido mucho, viajado, conocido a otros humanos importantes en diferentes ramas de las ciencias, las artes y las letras, con una facilidad para escribir y comunicar que ya querrían muchos novelistas.
Curiosamente no les envidio, ni siento celos por sus conocimientos ni por su fama, por lo mucho que han aportado al mundo y a su entorno. Lo que siento es una gran admiración. También satisfacción por haber podido leerlos y, por unos instantes, a través de la lectura, haber formado parte de sus vidas, aunque solo haya sido como espectadora.
Descubrí Todo en su sitio, de Oliver Sacks, en un tuit de la editorial Anagrama. Solo se veían los lomos de sus otros libros, excepto del que cito que mostraba la portada. Me fijé en él porque había un gato (media cara, en concreto) en la ilustración. Investigué un poco, averiguando que se trataba de relatos. Lo solicité mediante préstamo interbibliotecario (Oliver Sacks estaría orgulloso de mí por querer leerlo en papel y utilizar las bibliotecas) y me dejé sorprender.
Me alegro de haberlo encontrado y leído. Me ha hecho reflexionar sobre muchas cosas de este mundo nuestro que estamos destrozando y sobre los humanos de siglos pasados quienes, con sus descubrimientos, pensaban que el futuro sería mejor de lo que está siendo.
Oliver Sacks se fue en 2015. Creo poder afirmar que sabría cómo se sentiría de haber vivido los acontecimientos de 2020, 2021 y 2022: Decepcionado con la humanidad.
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