Una lectura de menos de diez minutos que da qué pensar por mucho tiempo, eso te ofrece La librería perdida.
Precioso homenaje a los libreros que suelen saber el libro que nos conviene (bueno, eso sería posible en barrios y pueblos, porque en las grandes ciudades, salvo que seas cliente habitual, poco saben de sus clientes a no ser que sean habituales); a los libros que nos permiten vivir en lugares nunca antes visitados (totalmente de acuerdo); a la imaginación, ya que gracias a ella, todo lo que otro ha escrito -inventado o vivido- va a formar parte de nosotros (sin ninguna duda)
Marta vive en una ciudad pequeña. No importa el tamaño ya que siempre habrá un momento para perderse y un lugar fantástico por descubrir, solo hay que dejarse llevar por nuestros pies y no tener miedo a lo desconocido.
Así, llega a La librería perdida y conoce al librero que sabe toda la historia de la ciudad y los motivos por los que hay cosas con un principio pero sin continuidad.
Marta se va con su primera novela, sabiendo que no será el último porque una vez que te adentras en la fantasía de las palabras, no querrás prescindir de los libros.
Las ilustraciones de Oscar Perales son oscuras, intrigantes, como queriendo reflejar en ellas el misterio que esconde la ciudad y sus habitantes. El gran formato del libro le permite dar un aspecto real a los humanos y al gato.
En mi opinión, La librería perdida es para leer juntos, progenitores y peques a partir de los 9 o 10 años. Ya que la historia está llena de metáforas, se puede crear un diálogo entre todos.
Así, llega a La librería perdida y conoce al librero que sabe toda la historia de la ciudad y los motivos por los que hay cosas con un principio pero sin continuidad.
Marta se va con su primera novela, sabiendo que no será el último porque una vez que te adentras en la fantasía de las palabras, no querrás prescindir de los libros.
Las ilustraciones de Oscar Perales son oscuras, intrigantes, como queriendo reflejar en ellas el misterio que esconde la ciudad y sus habitantes. El gran formato del libro le permite dar un aspecto real a los humanos y al gato.
En mi opinión, La librería perdida es para leer juntos, progenitores y peques a partir de los 9 o 10 años. Ya que la historia está llena de metáforas, se puede crear un diálogo entre todos.
Te preguntarás dónde está el gato... Pues acompañando al librero, por supuesto. Gatos y libros van de la pata, en La librería perdida y en el blog de Rassel.
Autora: Aurora Ruá (Valencia, 1969)
Ilustraciones: Oscar Perales
Ediciones La Fragatina
2016
Páginas: 32
Álbum ilustrado
Libro recomendado a partir de 9 años
Libro recomendado a partir de 9 años
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