Querido Piter,
Me llaman Rassel, con acento en la e (otro día te contaré de dónde ha salido mi nombre. Te adelanto que también del personaje de una película ya que a mi humana, al igual que a Bruna, le gusta mucho el cine)

Hemos leído todas tus cartas. Ella sentada en su sillón y yo en el sofá grande, en el que me acomodo cuando el humano se va a dormir.

Durante unas cuantas noches, Etel ha leído y yo he escuchado atentamente todas tus aventuras y reflexiones.

Al principio no veía que tuviéramos mucho en común porque tú se ve que eres todo ternura y muy agradecido; mientras que yo soy un tanto egocéntrica -eso dice Etel-, celosa de mis cosas y mis espacios, y poco dada a las carantoñas; sin embargo, soy muy sociable.

Poco a poco fui descubriendo que sí que tenemos algunas cosas parecidas, además de ser gatos adoptados.

Por ejemplo, eso que haces en el sofá. Yo hacía lo mismo, pero con el arcón de la cama grande a la que tú llamas "pradera". Era de tela. Me enganchaba a él con mis uñas y lo recorría entero. Ella me llamaba "surfera" porque además, mi peluche favorito desde que llegué a mi hogar fue y sigue siendo un delfín.

Digo era, porque recientemente han cambiado el arcón de tela por uno de madera. El otro estaba lleno de hilos colgando y desgarrones. Según decían, "destrozado". A mí no me lo parecía. En fin, ¡humanos!

Con este, ya no puedo surfear. Y no te creas, ¡lo echo de menos!; pero ya me buscaré otras actividades lúdicas.

Veo que te encanta viajar y conocer nuevas casas para investigar. Yo viajé un poco cuando era pequeña como tú. Si los humanos se iban de vacaciones, me llevaban a casa de los "abuelos". Ahora es la "abuela" la que viene a mi casa a cuidarme. Lo prefiero. Ya estoy mayor para tanto trajín.

Con cada carta, te he ido conociendo un poco mejor y creo que podríamos ser buenos amigos; así que confío en que te animes a seguir escribiendo. Aún eres jovencito y vas a vivir muchas experiencias.

Esperando por más noticias tuyas, me despido y te envío un gran ¡miaumuac! que significa: un beso mío y otro de Etel.

¡Hasta pronto, Piter!

Rassel.

Título: Las cartas de Piter

Escrito por Rocío García Alcolea

Ilustraciones de Virginia Santos Itoiz
Autoedición
2017

Páginas: 93

Este libro se terminó de escribir en junio de 2017 y lo forman 11 cartas escritas por Piter, un gatito rescatado de la calle y cuya lectura recomiendo para todas las edades. Además, podrás disfrutar de unas preciosas y tiernas ilustraciones que muestran escenas de Piter y sus andanzas.

No todos, pero sí creo que algún que otro humano que vive con gatos, ha pensado en cierto momento escribir un libro con las aventuras y desventuras que se han ido sucediendo desde que llegó a casa su compañero peludo.
Por diversas razones (carecer de tiempo, imaginación, capacidad para la escritura, sentir vergüenza...) se aparca la idea o, sencillamente, se deshecha en el mismo instante en el que nace.
Algunos esperan que un valiente lo escriba y encontrar en él la descripción de emociones parecidas, comportamientos humanos similares, que les permita considerarse "normales" hablando y conviviendo con gatos.

Y aquí tenemos a Pedro Zuazua con En mi casa no entra un gato. Diario de un gatuno primerizo.

No es una novela ni exactamente un diario. En mi opinión, es más una biografía humana, una historia real.

Precisamente esa carencia de ficción, saber que lo que se lee es veraz, permite conectar al lector con la narración, comprobando que el autor ha reaccionado igual o parecido a nosotros ante similares circunstancias. Hemos sentido los mismos temores por desconocimiento. La angustia y la felicidad se unen en muchos momentos.

El humano desnuda su alma compartiendo abiertamente sus preocupaciones durante los primeros momentos de convivencia con Mía.  Desde la forma en la que llegó a su casa y a su corazón, viajar con un gato, encontrar a personas afines con las que hablar de ellos, y todo un mundo de nuevas emociones que estaban ahí, esperando a que un lindo gatito las hiciera brotar.

La técnica de ir del presente a diferentes momentos del pasado, descubre y permite ir recopilando datos de cómo se va creando ese estrecho vínculo entre los dos protagonistas de esta historia auténtica.

Nos vamos a sentir identificados en muchas de las situaciones relatadas; algunas serán diferentes porque cada gato, al igual que cada humano, tiene su propio carácter, comportamiento y manifestaciones de cariño hacia nosotros; mantienen rasgos comunes, por supuesto; aunque lo que importa es lo que diferencia al nuestro de los gatos de nuestros amigos para poder amenizar una buena conversación, tipo humanos adultos hablando de peques humanos.

Ha utilizado como introducción a cada capítulo un recurso que aparece en muchos libros de gatos: las citas de grandes personajes que amaron a los felinos, convivieron con uno o varios y seguro les inspiraron a la hora de escribir alguna que otra obra. Él mismo reconoce que desde que Mía llegó a su casa (la de ella desde el momento uno), entra en juego algo que les suele ocurrir a los amantes de los mininos: comienzas a crear una biblioteca gatuna (yo me incluyo; ya ves que hasta tengo un blog dedicado a este tipo de literatura);  algunas de esas citas son nuevas para mí y ya las he anotado en "la libreta especial de palabras y maullidos".

Un poco desconcertada me dejó ese dirigirse al lector como "usted". ¿Intentando darle solemnidad a la narración? Es un chico joven y ese pronombre... Menos mal que hay foto, porque de lo contrario, habría imaginado a un señor mayor, recostado en su sillón de cuero, delante de una máquina de escribir, con un gato dormitando sobre la mesa. Bueno, quedó un tanto gracioso; sin embargo, me hubiera gustado más que nos tratara de "tú" que, al fin y al cabo, todos somos amantes de los gatos y no le íbamos a juzgar porque quien más, quien menos, sabemos que son los mejores manipuladores e hipnotizadores del mundo, que consiguen de nosotros todo lo que se proponen y quieren: alimento, espacios varios para dormir, espiar o simplemente descansar y meditar, sin la necesidad de arriesgar su existencia en el espacio exterior gastando las 7 vidas a lo tonto.

Pues ya sabes, tanto si nunca pensabas que en tu casa entraría un gato, como si eres su fan incondicional desde siempre y no fuiste capaz de llevar un diario de anécdotas y mucho menos escribirlo en un blog o publicar un libro, esta es tu lectura.

Título: En mi casa no entra un gato (Diario de un gatuno primerizo)

Autor: Pedro Zuazua Gil
2018
Editorial: Duomo Ediciones
Páginas: 266

Puedes seguir las andanzas de Mía en su Instagram.

Seamos realistas, desde el momento en el que en nuestra casa entra un gato, es quien manda y punto.

Nota: Colaboración sin repercusión económica. 

Este pequeño libro ilustrado está escrito con una finalidad educativa para aprender a diferencias los distintos tipos de felinos.

Nos cuenta dónde viven, cómo cazan, para qué sirven los bigotes y más cosas interesantes de cada uno de ellos.

También hay unas ilustraciones muy descriptivas con los diferentes colores de piel, dependiendo de si son leones, tigres, linces, panteras, guepardos, jaguar, ocelote y, por último, el gato que, después de muchos siglos de intentar domesticarlo, todavía hoy en día tiene su punto salvaje.

Lo califican de enciclopedia de bolsillo para niños a partir de cinco años; aunque seguro que a muchos de nosotros, los mayores, nos vendría bien leerlo para recordar las diferencias entre felinos.

Escrito por Béatrice Fontanel

Ilustrado por Anne Logvinoff

Traducido por María Puncel

1987

Editorial Altea

He buscado por Internet para ver si estaba disponible a la venta, pero aparece descatalogado. De todas formas, siempre lo podremos encontrar en alguna tienda de segunda mano, una feria de libros antiguos o, como yo, en la biblioteca pública.

Ha sido un auténtico placer leerlo. Seguro que volveré a la biblioteca para pedirlo prestado de nuevo.

¡Yo solo venía aquí a buscar un libro humano!

Cosas que pasan cuando voy a una biblioteca municipal y me encuentro con una persona a la que le gusta su trabajo y los gatos. Mientras buscaba el libro de Patricia Highsmith, Las dos caras de enero, fuimos hablando y, sin saber cómo, llegamos a los gatos y, de repente, tenía en las manos tres libros:

• Cuentos para gatos, Mercedes Franco
• Gato saliendo de una bolsa y otras historias, Jeffrey Brown
• El mapa del tesoro escondido, Mo Yan

Una locura, pues ya tenía planeadas las lecturas del mes y las tuve que dejar para el siguiente. No importa. Lo bueno es disfrutar de leer; el orden es lo de menos.

A pesar de este imprevisto, debo darle las gracias porque todos me han hecho pasar momentos maravillosos, siendo como son, tan diferentes.

Cuentos para gatos se lee en pocas horas. Eso me permitió volver a leerlo otras dos veces durante el tiempo que estuvo en casa; además de deleitarme con las preciosas ilustraciones de Carmen Salvador que acompañan cada cuento.

Ya el prólogo es precioso. Como tengo que devolverlo a la biblioteca, lo dejo escrito aquí:

"Estos cuentos fueron escritos para gatos. Es verdad que ellos no saben leer, así que los dueños tendrán que leérselos. Los gatos tampoco saben hablar, pero sí pueden escuchar. De eso tenemos pruebas. Les hemos contado cuentos y hemos observado que siguen la historia con mucho interés. Sabemos que les gusta oír relatos, sobre todo si se refieren al mundo gatuno.

Lo que aún no tenemos muy claro es si estos cuentos gustan a los gatos de cualquier edad. Tal vez los más grandes se muestren reacios a escucharlos, o les dé vergüenza que sepan que les gustan. Igual les pasa a muchos adultos. Pero habría que probar.

Sentémonos en algún lugar tranquilo con nuestros gatos, comencemos a leer con voz muy suave para que no se sobresalten, y enseguida veremos cómo se quedan tranquilos, muy callados, escuchando."

Los cuentos para gatos (a mí me parecen más bien relatos) tienen como base narrativa la descripción de un gato más alguna anécdota que ha vivido cada uno de ellos: Luna, Member, Koyi, Brujo, Maite, Nandoro, Carita, Pandora, Princesa Diod, Princesa Egipcia, y Cotufa. ¡Doce gatos tan diferentes como doce humanos!

Y estos son los títulos de los Cuentos para gatos:

Luna

Member, Tito y la iguana

Gato entigrecido vale por dos

Brujo y su mundo misterioro

Maíto y Catira

Fortimbrás, el cazador

Siete ratones para un solo gato

Princesa Diod y Princesa Egipcia

Noche de Navidad

Termina el libro con La Declaración Mundial de los Derechos del Gato y un Decálogo del buen gato.

Si bien está catalogado como libro infantil y juvenil, lo considero apto para leer a cualquier edad. Aunque se disfrutará más si se comparte su lectura con un peque y un gato, por supuesto.

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Autora: Mercedes Franco

Ilustraciones: Carmen Salvador

Editorial Playco Editores Publicaciones

Páginas: 25