Aunque el protagonista humano es cronista del Daily Fluxión, el desarrollo de esta historia es muy de estilo policíaco y él, más que un periodista, parece un detective privado en busca de un asesino.
Jim Qwilleran, cronista del Daily Fluxion, escocés, 46 años, divorciado, crítico gastronómico por imposición del periódico en el que trabaja, justo el día que comienza su dieta para adelgazar esos kilos de más.
Sus inseparables y adorados felinos siameses: Koko, macho, el listo; Yum Yum, gata, nada destacable.
Lo compré en una librería de viejo que, desgraciadamente, cerró al año de abrirla. Allí encontré varias novelas de diferentes autores, todas con gatos o de gatos, y ninguna me ha defraudado. Libros que alguien no quiso y a mí, me hicieron muy feliz.
Tras 4 años en la estantería (lo compré en agosto de 2017), tiempo en el que leí demasiadas novelas mediocres, le di la oportunidad el 31 de agosto, día que pensaba pasar en la piscina de San Feliz (Argüero, Asturias) que está a 20 minutos en coche desde Gijón.
Entre un baño, comer y merendar, casi lo llego a terminar, si no hubiera sido porque quería conocer la playa Merón, cercana a la piscina.
A la noche siguiente, todavía con la sensación de relax y desconexión del día anterior, lo terminé sentada en el sofá.
De nuevo dejé pasar el tiempo (meses) para escribir sobre él y recomendarlo encarecidamente porque es genial, tanto, que me da miedo leer algún otro de la misma saga, que se repita la trama y dejar de valorar a El gato que odiaba el rojo. De todas formas, alguno caerá en mis manos. Me salva que solo hay uno en las bibliotecas de Asturias, concretamente El gato que sabía grabar que podré pedir mediante préstamo interbibliotecario ya que solo hay una copia en la Biblioteca de Trubia.
Si conoces el blog, ya sabes que no hago reseñas ni crítica, que algunas veces cuento algo de la historia, un resumen, una anécdota personal, o de cómo conseguí el libro, etc. Pues de esta novela solo te diré que es magnífica en su sencillez, que su lectura no aburre aunque sea predecible, y que hasta tiene momentos divertidos en medio de todas las desgracias.
Respecto a la intervención de los gatos, resulta raro que un hombretón como su protagonista adore a, no uno, sino dos gatos, que los tenga como lo más valioso de sus "pertenencias" y que no quiera separase de ellos.
En esta entrega, el gato Koko tiene alguna cualidad humana (te dejo que la descubras) y, en cierto modo, le deja pistas a Jim, guiándolo hacia el culpable.
Estos son los títulos que dejan claro que Koko es el protagonista, junto con el periodista, y que Yum Yum es solo una "chica florero":
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