No te voy a contar las historias de estas 3 novelas, sino las historias que hay detrás de ellas, de cómo llegaron a mis manos. Las pondré por orden alfabético del apellido de sus autores para que ninguna sea más importante que las otras.
Estas son mis próximas lecturas. Las terminaré antes de Navidad porque 2 de ellas son de la biblioteca y tengo 30 días; el otro, como podrás comprobar por el título y la foto, es de tema navideño y pertenece a nuestra propia biblioteca.
La encrucijada del roble, de Elizabeth Crook
Se publicó en 2019 y lo encontré en la plataforma de eBiblio Asturias. Lo descargué y comencé a leer. Es de estilo epistolar.
Hacia la mitad, me empecé a aburrir y lo dejé para otro momento. Al encontrarlo en papel, no dudé en traerlo a casa. Espero que en este formato me resulte más agradable.
Christmas at The Cat Café, de Mesilla Daley (inglés)
Es la segunda parte de otra novela que leí el año pasado: Molly and The Cat Café.
Lo compré vía Internet en Goldstone Books (Carmarthenshire, Gales) de segunda mano, por solo 2.19 libras y está impecable, como si nadie lo hubiera leído nunca.
Si me animé a comparlo también fue por el estilo relajado con el que escribe la autora.
En ambas novelas, es la gata Molly la narradora. Aunque la historia es bastante parecida a otras novelas gatunas, como dije, es la forma de narrar la que me llamó la atención y me enamoró.
Rialto, 11, de Belén Rubiano
Esta es la historia más larga, complicada y un tanto desagradable.
Se publicó en 2019. Lo encontré en la Biblioteca de Villaviciosa. Lo pedí por préstamo interbibliotecario en la Biblioteca de Jovellanos de donde me llamaron para decirme que no podrían traerlo porque la de Villaviciosa estaba "vinculada" a las de Gijón.
Con esta información, me acerqué a una para solicitar que me lo trajeran, al igual que también lo hacen cuando un libro está en las de La Camocha o Monteana. Poco después, me llaman y me dicen que la bibliotecaria de Villaviciosa no quiere. Que si me interesa, vaya yo hasta allí a buscarlo. Ridículo. El transporte para ir y devolverlo es superior al precio del libro. ¿Qué hice? Indignarme. Miré un par de veces si alguien lo sacaba. Allí estaba el pobre libro, cogiendo polvo en la estantería sin que nadie mostrara interés por él y yo, que sí quería leerlo, me tenía que aguantar o pelear por él. Luego llegó el confinamiento y lo dejé estar.
Hace un par de días fui a devolver Sola y Sincola, de Patxi Zubizarreta y me lo encontré en el estante de recomendaciones.
Dicen que el que espera se desespera. En mi caso, esperé tranquilamente y obtuve mi recompensa. Además, he visto que ahora hay más copias disponibles, tanto en bibliotecas de Gijón como en otras de Asturias.
La verdad es que no entiendo cómo una bibliotecaria puede negarse a que un usuario disfrute de un libro.
Y eso es todo. Los iré comentando a medida que los termine.
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