03/08/2020

El camarero de El gato que ladra

De acuerdo, no hay gatos en esta novela. Pero reconocerás que el título y la portada son muy atrayentes. Pues te garantizo que la historia lo será aún más.

Estoy convencida de que Samu llevaba un diario desde hacía años. Por cómo habla consigo mismo, cómo reflexiona. A veces me recuerda a mí analizando un problema o una emoción, una vivencia. Y me queda esa sensación de que a nadie le interesa realmente lo que nos pasa a ambos.

camarero-gato-ladra

Esto lo intuí casi al empezar. Más adelante, hacia el final, se confirma que efectivamente lleva un diario, o, tal como yo me lo imagino, una libreta en la que anota sus pensamientos en esos momentos tranquilos, sin clientes, que toda cafetería tiene.

La aventura comienza cuando confraterniza con dos grupos de jóvenes de su edad que pasan por El gato que ladra para tomar algo y hablar de sus cosas.
Cada pandilla necesita solucionar un problema. La primera, descubrir si su amigo murió en un accidente o fue asesinado. La segunda, conseguir que una de sus amigas vuelva a encontrarse con sus hermanos.

Samu es amable, buena persona, con defectos -como todos-, pero no reprochables. También un poco cotilla, pues se entretiene escuchando las conversaciones de los clientes mientras les sirve. Gracias a esta pequeña falta, entrará a formar parte de ambos grupos y les ayudará a conseguir un final feliz, para unos, y un alivio al saber la verdad, para los otros.

Tiene toques de novela negra (incluso hay un personaje policía), filosofía, romántica... Un conjunto de estilos literarios que conviven perfectamente en El camarero de El gato que ladra.
Si te animas a leerla, te hará pasar una horas de calidad, entretenimiento y, lo que más necesitamos en estos momentos, de distracción y alejamiento de la realidad.



Título: El camarero de El gato que ladra
Autora: Elena Camacho Rozas (Santander, 1964)
Ediciones Alféizar
2020
Páginas: 167

6 comentarios:

Elena Camacho Rozas dijo...

Gracias por tu reseña. Describes muy bien la idea de la novela. Y sí, ese camarero es una especie de escritor vocacional. Buscaba entretener, así que si lo he conseguido, me doy con un canto en los dientes.
En cuanto a lo de que no haya más gato que el de la portada y el del nombre del local se explica porque este es el escenario de una novela anterior que, por fin, iba a presentar en abril y que con la pandemia se quedó en un limbo editorial. En ella, protagonizada por la pandilla que en esta era secundaria, sí que sugería el origen de ese nombre del bar.
Lo dicho, gracias por tu lectura y tu comentario.

Narciso Cuevas dijo...

A mi me ha parecido entretenida, de fácil lectura y trama original, enhorabuena a la autora.

Gata Rassel dijo...

¡Gracias, Elena, por pasarte por nuestro blog! Me ha gustado mucho esta novela, así que espero no perderme la que comentas.
En este blog se lee todo lo relacionado con gatos, aunque solo sea el nombre de una cafetería.
Dos saludos, uno humano y otro gatuno.

Gata Rassel dijo...

Narciso, si te ha gustado esta novela, atento que la autora nos dice que habrá otra con algunos personajes de esta.
¡Gracias por dejarnos tu opinión!

Unknown dijo...

Lo leí en un santiamén. Se hace ameno y fácil. Entretenido y bien escrito.

Unknown dijo...

Es un libro muy entretenido y se lee rápido. Aunque es sencillo, su expresión no es deslavazada, como ocurre con frecuencia, sino elegante y profunda. El protagonista y narrador (el camarero) es un gran acierto, y que se ubique gran parte de la historia en su bar, muy original. Enhorabuena a la autora. Es triste que no se hagan eco los medios culturales de las novedades de buenos autores desconocidos. ¡Siempre os quedarán los blogs independientes!

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