Estas son mis libretas con portadas gatunas.
La primera que comparto ha sido mi última adquisición y tiene anécdota.
La vi en el escaparate y entré a comprarla, pero solo tenían la grande y no estaba dispuesta a llevarla por capricho. Fui a preguntar a la dependiente, pero me dijo que no se desmontaba el escaparate hasta después de Navidad.
Me resigné y pensé en acercarme después de las fiestas. Pero algo me decía que volviera y preguntara a otra persona. Así fue. Le pregunté a la hija del dueño y me llevó hasta ella. También había libretas pequeñas, y muchas, muchísimas cosas con gatos, estos y otros. Cerré los ojos y dije, "Esta es la que quería, solo esta".
Un regalo. Las tapas son aterciopeladas, con tacto gatuno.
Una visita a Tiger (Gijón) y siempre salgo con algo gatuno.
Le compré dos libretas a Malvina Sellanes, de quien conocí su trabajo a través de Instagram. No pude resistirme ni a sus libretas ni a otra cosa que compartiré en otra entrada.
Otro regalo. La libreta está suelta. Las tapas sirven para cubrir otra libreta corriente o un libro. ¡Nunca me quedaré sin ella!
La otra libreta de Malvina Sellanes.
De Tiger (Gijón), Navidad de 2018.
No recuerdo cuándo la compré, sí que hace por lo menos 3 o 4 años. En una librería de Gijón.
Autoregalo. ¡No me pude resistir a esa carita brillante!
Realmente no sé qué escribir en ellas. Lo que perdura está en el ordenador. Notas sueltas, pues en libretas sosas. Así que es todo un dilema decidir para qué las voy a utilizar.
Esta es de las grandes y ya está terminada. Me ha dado mucha pena tirarla, pero no me veía poniéndole un parco y colgándola en la pared.
Esta es de las grandes y ya está terminada. Me ha dado mucha pena tirarla, pero no me veía poniéndole un parco y colgándola en la pared.
¡Tengo una idea! Cuando llene con palabras todas las hojas de cada libreta, les haré una foto, las compartiré en el blog y me despediré de ellas, de cada una.
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