Nunca me gustaron los guantes, ni de niña. No soportaba tener los dedos aprisionados entre la lana. No me quedaba más remedio que utilizarlos, pero los quitaba en cuanto me era posible.
Ya en la adolescencia, conseguí sustituirlos por manoplas. Poco después, descubrí los mitones. Fue cuando me empezaron a llamar "Carpanta" para burlarse de mí. No sé si conoces a este personaje de tebeo. En alguna viñeta había aparecido con unos guantes a los que les había cortado la punta de los dedos o es que estaban rotos, no lo recuerdo exactamente. Me dio igual, porque lo que yo quería era tener libres los dedos.
A lo largo de los años, he ido coleccionando mitones. Unos cubren la mitad de los dedos, otros no tienen, sencillamente terminan en recto (como estos mitones felinos que comparto hoy), algunos tienen manopla de quita y pon.
Los tengo azul oscuro y claro, negros, marrones, grises... pero no había visto nunca ninguno con estampado 'animal print'. Así que me encantó este regalo por varios motivos: se ve que me conocen y sabían que me encantarían los mitones felinos.
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