Hoy, gata Rassel cumple 15 años.
Sí, sé el día que nació porque mi tío encontró a su mamá cerca de la puerta de su casa un lluvioso viernes de mayo de 2008.
Nos vimos por primera vez el domingo. Más bien, yo la vi a ella porque, con tan pocas horas de vida, los gatos no ven; aunque ella tenía los ojos bien abiertos y muy mal genio.
Realmente, destacaba entre sus hermanos oscuritos: gata Rassel heredó el color blanco del pelo de su padre (un gato de la misma zona) y las manchitas negras de su madre.
15 años son muchos para un gato. No sé cuánto tiempo más podremos estar juntas. Por eso, aprovecho cada día al máximo para disfrutar de su compañía.
Hoy por hoy, está muy sana. La llevé al veterinario hace poco para hacerle un chequeo completo y no le encontró ninguna de las típicas enfermedades de un gato de 15 años: ni problemas con el riñón, ni artrosis en las patas, ni diabetes... Esto no quiere decir que, en cualquier momento, se ponga malita.
No es tiempo de pensar en ello, sino de disfrutar juntas día a día.
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