¡Qué delicia leer Animalia! Poder sentarme durante una hora, desconectar de los problemas del mundo y disfrutar con los recuerdos que una humana comparte con nosotros sobre sus gatos y otros animalillos con los que coincidió en su vida.
No hace falta una trama tortuosa, un asesino en serie, malvados tontos o inteligentes, para deleitarse con un momento de lectura. Basta una persona y sus gatos, de los que habla a pinceladas, sin describir detalladamente sus personalidades, dejándonos imaginar cómo fueron, sabiendo el cariño que les profesó a cada uno de ellos, sin atarlos, pero cuidándolos. En lo sencillo radica la más pura belleza, sea literatura, pintura, música o un gato.
Animalia es un libro póstumo. Parece que lo escribió en 2020, durante el encierro mundial por la pandemia de la COVID-19.
Tal vez su enfermedad la hizo intuir, como a los animales, que se iría pronto y, antes de marcharse no voluntariamente, necesitaba dejar por escrito su relación con los animales que compartieron casa y tiempo con ella, como homenaje a esa convivencia que no pide nada que sea lógico: comida, agua y cariño.
Lo compré en papel porque me parece que ganará valor con el tiempo, aunque solo sea para mí.
Léelo despacio. Haz como el gato: No tengas prisa en terminarlo y vuelve a Animalia cada vez que quieras reconfortar tu corazón.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario. ¡Miaumuac! ~.~)=