June trabaja en la biblioteca de su pueblo. Sustituyó a su madre en el puesto de auxiliar después de que esta falleciera. Le encanta su trabajo, ayudar a las personas que van cada día en busca de un libro, explicarles cómo usar el ordenador, que le pidan consejo sobre qué leer...
Su mundo transcurre entre la biblioteca y la casa donde vivió con su madre desde que llegara a Chalcot con solo 4 años.
No ha sido capaz de modificar nada en su hogar, está tal cual lo decoró su madre; aunque sabe que no es como a ella le gustaría tenerlo, no tiene fuerzas para deshacerse de todos los trastos que compraron juntas.
No tiene amigas de su edad, solo Linda, la vecina de toda la vida, está pendiente de ella; o eso es lo que piensa.
Todo su mundo, triste, nostálgico y solitario, meticulosamente estructurado, se desmorona cuando el Ayuntamiento quiere cerrar la biblioteca. Ella siente que no puede hacer nada, es demasiado tímida para unirse a la lucha de los usuarios de la biblioteca que quieren impedir su cierre, sea como sea.
La novela en general, no está mal. Quizás es un poco lenta. Tal vez es demasiado triste, no solo por las emociones de June, sino también por las vidas de algunos de los personajes secundarios. No hay lugar para muchas alegrías, lo que hace que necesitemos tener un fuerte carácter para afrontar toda la lectura sin que nos contagien la tristeza. A pesar de todo, los personajes, principal y secundarios, son encantadores, diferentes los unos de los otros, en sus gustos literarios y sus problemas. Te van a gustar.
Sí, el final es más o menos feliz, pero tampoco es que sea una gran fiesta.
A partir de aquí, hay datos que quizás no quiera saber en lo que respecta a nuestro gato de portada y con el que convive June, así que dejaré un pequeño espacio por si eres de esas personas que no lo quieran saber.
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Alan Bennett es el gato de la madre de June. Vive tranquilo con June, pero no tiene un carácter demasiado afable con las demás personas, excepto con Linda, la vecina. En casa de Linda pasa bastante tiempo, especialmente durmiendo en los cajones, entre la ropa. Sabemos que June está acostumbrada a llegar a casa y que, cuando lo llama, él no acuda. No se preocupa, porque ya sabe que estará en la casa de al lado.
Al final, June se ve obligada a dejarlo con Linda y sabemos que él no ha puesto ninguna pega.
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