¡Esas maravillosas visitas a las bibliotecas en las que encuentro gatos desconocidos, los traigo a casa, los leo y te lo cuento!
La última me permitió conocer a un investigador privado llamando Sabueso Orejotas (un perro) y a su ayudante, el gato Floro.
Viven en una ciudad llamada Amable en la que todos los ciudadanos son animalitos.
Me traje 2 historias.
Hoy te comento El ladrón del salchichón y vuelvo a decir que muchas veces me gustan más las novelas para niños que para adultos. Son más frescas, más originales, más reflexivas.
En El ladrón de Salchichón, el detective Sabueso tiene que descubrir quién está robando en el supermercado. Por supuesto que consigue desenmascarar al delincuente, pero de una forma muy tierna. Porque a lo largo de la historia veremos que estos humanos animalizados son mejores que nosotros, más comprensivos y más humildes.
La idea es que nadie sale impune de un delito, pero hay diferentes formas de castigo. A los niños les va a quedar claro que no está bien robar, sean cuales sean las circunstancias.
Próximamente comentaré la segunda historia de Sabueso y Floro. Elegí las que tenían al gato en la portada. Con ellas ya me doy por satisfecha para conocer a este gato.
Floro es el ayudante de Sabueso. No tiene un papel demasiado destacado. Sabueso le llama cuando le necesita en algún momento de la investigación. Y, bueno, en lo que le toca, no lo hace mal.
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