La senda de las bestias

El gato no tiene nombre. El perro y el pájaro, sí. ¿Por qué? No lo sé.

El perro se llama Broo y tiene 2 apariencias, una de perrito blanco encantador. La otra de la raza que procede: los iracanes, negros y del tamaño de un toro. Al igual que el gato, habla.

El pájaro se llama Morg y les ayuda en alguna que otra ocasión.

El gato tiene manchas grises y desciende de una raza fantástica de gatos grandes llamados gatociosos que aparecen al final de la historia. Son muy fieros, sin dejar de ser mininos pues maúllan y ronronean.

Siendo como fue el motivo por el que leí La senda de las bestias, dando como da la impresión de que es un personaje importante en el desarrollo de la aventura, poca intervención tiene.

Por lo demás, creo que esta novela juvenil me ha pillado en un momento de bajo ánimo ya que me ha cansado tanta batalla, tanta desesperación, tanto sufrimiento para unos personajes tan jóvenes (Linda,10 años, Ratón 7 años, Goldie y Flemo supongo que unos 14 años) que, además, venían de otra guerra de la segunda entrega: La ciudad de las mentiras. Tampoco es que la primera El museo de los ladrones parezca ser divertida.

Una lucha constante para salvar Alhaja, su ciudad. Con un final abierto para que sigan sucediendo cosas en una posible cuarta entrega.

Sinceramente no me ha calado. Tal vez mi avanzada edad influye en esta sensación. Espero que a los adolescentes, todavía libres de tópicos literarios, sí les guste y la disfruten.

 

Título: La senda de las bestias

Autora: Lian Tanner (Launceston, Australia. 1951)

2012

Traducción: Jaime Valero Martínez

Editorial Anaya infantil y juvenil

2018

Páginas: 376 

Recomendada a partir de 12 años

En otra trilogía de la misma autora llamada Los truhanes, también hay un felino:

 

Héroes por accidente

Guardianes de secretos

Guerreros embrujados