Como quien quiere adiestrar a un gato es una novela romántica no exclusivamente para amantes de los gatos. Lo digo ya de entrada para que no pases de puntillas por ver gato en la portada, el título y la sinopsis.
Cierto que hay gatos, pero son gatos gatos, simplemente. Vamos, igual podrían haber sido perritos adorables o peces hipnóticos en un acuario. Lo que aquí cuenta son los humanos y sus historias.
El título no me resulta muy comercial, no da sentido a la historia hasta que la lees. Tenlo en cuenta.
No soy experta en novela romántica, que solo leo si hay gatos; pero sí
sé que hay tópicos, estereotipos, que se repiten necesariamente para
conseguir enganchar a los lectores: amor, desamor, engaño, traumas, rupturas, pasión, escenas
íntimas, belleza y cuerpos esculturales; todo eso que no tenemos y
buscamos en una historia para, por unas horas, ausentarnos de lo normal y
corriente que tenemos en casa. Luego está la magia del autor que será
la que diferencie su creación de resto. En el caso que nos
ocupa, incluye humor y un final feliz diferente e inesperado, alejado de los tópicos.
Cecilia y Martín no son unos jovencitos en busca de nuevas emociones, sino unos adultos de más de 40 con unas vidas que creían estables. Incluso engañándose a ellos mismos obligándose a creer que ya no tenían derecho a volver a sentir "mariposas en el estómago", que su trabajo y pareja ya serían para toda la vida, que lo soñado en su juventud y no cumplido debía quedarse ahí, en el recuerdo.
No vamos a negar que tanto Cecilia como Martín son gatunos. No solo conviven con gatos, sino que, sobre todo Martín, buscan vivir un poco como los gatos; ya sabes: libres, despreocupados, felices; esa filosofía felina que tanto atrae al ser humano desde tiempos inmemoriales y ninguno hemos conseguido integrar en nuestra mente, más preocupada por miles de cosas del futuro y del pasado que por disfrutar del hoy y el ahora, como sí saben hacer ellos.
La gata Xouba, blanca y gris, con ojos azules, vive con Cecilia.
El gato Valle-Inclán, feliz con sus 3 patitas, vive con Martín; ambos comparten casa con la gata gris llamada Simone, más cercana a Antía. Si lees Como quien quiere adiestrar a un gato sabrás las razones por las que en ese hogar hay dos gatos.
Como decía al principio, tanto gato puede hacer que muchos no quieran darle una oportunidad y lo digo con conocimiento de causa, por muchos comentarios leídos aquí y allá de lectores no gatunos que rechazan cualquier obra que los mencione o incluya. Así que gata Rassel y su humana (yo, claro está) le deseamos a su autor mucha suerte con su primera novela y nos alegramos de la presencia de Xouba, Simone y Valle-Inclán que nos ha llevado a leerlo y hacer que viva en nuestro blog. Por cierto, la humana ha sufrido 2 buenos ataques de risa gracias a Martín y Valle-Inclán y a Martín y Xouba.
4 comentarios:
El autor os da las gracias por una reseña tan completa y sincera. Mis cuatro gatos (los de verdad, no los de la novela: Fidel, Petunio, Pizpi y Rufina) os mandamos saludos y ronroneos para ti y para Rassel.
¡Gracias por pasarte por nuestro blog, Rubén! Muchos ronroneos para tus felinos y un abrazo para ti.
Es una grata alegría encontrar este blog y leer esta publicación. ¡Felicitaciones! Vuelvo a sentir deseos enormes por leer y escribir.
Vanessa, no dejes nunca de leer y escribir, aunque sean unos minutos al día: es de lo mejor que hemos creado los humanos. Saludos humanos y gatunos.
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Gracias por tu comentario. ¡Miaumuac! ~.~)=