Cuando era niña y nos mostraban en el colegio fotos de niños del llamado "tercer mundo", pensaba que en el futuro todo cambiaría. No que sería yo quien lo lograra, sino que, entre todos, conseguiríamos que no hubiera ni un niño más viviendo de forma tan precaria.
Ya ves, hemos llegado al siglo XXI y nada ha cambiado. Siguen las guerras y las hambrunas, la explotación infantil. Tristemente, me he convencido de que siempre habrá niños en el mundo que no podrán ir a la escuela, que deberán trabajar para ayudar a la familia con lo básico: comida, ropa y un lugar para vivir.
Ricos y famosos creando las ONG para concienciar y recaudar fondos, políticos incluyendo presupuestos para ayudas, personas anónimas, voluntarios, haciendo y denunciando, y aquí tenemos a Farid, con 8 años y trabajando con su padre para sacar la familia adelante, soñando con que ocurra un milagro que les proporcione el dinero suficiente para que él y su hermana Yasmín puedan dejar de trabajar e ir a la escuela y aprender a leer y a escribir.
El gato negro. El gato negro es un símbolo del amor de su madre, de su preocupación por el hijo pequeño que debe trabajar como si fuera ya adulto. Por eso solo él puede ver a la gata negra. Es ahí, cuando descubre que es hembra, que le llega el recuerdo de aquellas palabras de su madre dichas a Kalandar, y le hace pensar que es mamá transformada en gato para acompañarle y protegerle.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario. ¡Miaumuac! ~.~)=