Ante todo, decir que Sheldon, el gato, no tiene la culpa de nada. Es Corina, la humana, la que no está nada, pero que nada bien de la cabeza.
En La culpa la tiene el gato, el inocente gato anaranjado es gato gato sin más. Vive con Kelly y no tiene más relevancia en la historia que ser acusado injustamente de estar lleno de pulgas.
Es una novela corta (o relato) en la que dos mujeres se conocen y se enamoran.
Corina, la narradora, tiene una perrita y una terrible aversión por los gatos. Está convencida de que los médicos no tienen ni la menor idea de su problema con las "pulgas" que le ha contagiado Sheldon, llegando a poner en duda sus diagnósticos.
La compré en preventa por el título y la portada, evidentemente. No recuerdo que llegara a leer la sinopsis. No me ha impresionado lo suficiente como para querer quedármela; será la primera vez que devuelvo un libro. Con ello no quiero decir que no merezca la pena leer La culpa la tiene el gato. Puede que a ti te interese, te guste y la aprecies más que yo. Te recuerdo que casi he leído 300 libros con gatos y de gatos, así que me he vuelto bastante exigente con lo que espero de una novela, sea corta o supere las 200 páginas, especialmente si los gatos no tienen protagonismo y la historia de los humanos no me sorprende.
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