Ana, la de Tejas Verdes. A lo largo de mi vida lectora, me topé muchas veces con esta novela y siempre me preguntaba de qué iría. Pero mi curiosidad no fue a más. Hace unos días vi la portada de Ana, la de la isla (3º entrega de la serie) en la que Ana tenía un gato en brazos.
Quiso la casualidad que estuviera disfrutando de dos meses gratis en Kindle Unlimited y este título estaba entre las ofertas de lectura.
Así pues, comencé a leerlo esperando conocer al gato de Ana. Sin embargo, no había gato por ninguna parte. Ya en la mitad y desesperada por esa ausencia, estando a punto de abandonarlo, me di otra oportunidad y, por fin, apareció Rusty.
Rusty era un gato callejero que, por alguna extraña razón, le tomó cariño a Ana. Comenzó siguiéndola cuando regresaba a casa desde la universidad. Esperaba pacientemente a que alguna de las chicas abriera la puerta para colarse dentro y siempre, siempre, iba en busca de Ana. Muchos sabemos que en ocasiones son los gatos los que nos eligen, ¡ellos sabrán los motivos!
La tía Jamesina había llegado a la Casa de Patty para cuidar de las chicas y se trajo a sus dos gatos: Sarah y Joseph. Rusty intentó imponerse como dueño y rey del hogar. Pero resultó que la gata Sarah le dio una buena lección (manotazo) y el gato Joseph, aparentemente muy tranquilo, también defendió su territorio. Tras varias peleas y reconciliaciones, los tres gatos convivieron en más o menos armonía durante los tres años que pasaron juntos con las chicas y la tía.
Cuando Ana y sus amigas terminaron la universidad, yo estaba casi convencida de que se lo llevaría con ella a Avonlea; pero, no. Resultó que Ana no era muy dada a tener gatos; además a Marilla no le gustaban nada, y seguro que Davy, el mellizo, volvería loco al gato. Al final, la tía Jamesina lo adoptó y volvió a su casa con tres peludillos.
Cuando Ana y sus amigas terminaron la universidad, yo estaba casi convencida de que se lo llevaría con ella a Avonlea; pero, no. Resultó que Ana no era muy dada a tener gatos; además a Marilla no le gustaban nada, y seguro que Davy, el mellizo, volvería loco al gato. Al final, la tía Jamesina lo adoptó y volvió a su casa con tres peludillos.
Y esto fue todo. Gatos que actúan simplemente como mininos hogareños y nada más.
Cuando ayer terminé de leer Ana, la de la isla, me detuve a pensar si comentaría toda la novela o solamente escribiría sobre los gatos. Y realmente no sé qué hacer.
No sé qué hacer porque la novela, en general, no me entusiasmó. Es más, me resultó un tanto pesada: el vocabulario pomposo, las descripciones de la naturaleza en plan prosa poética, la obsesión de todos los personajes (femeninos y masculinos) con el matrimonio. Supongo que de haberla leído en mi adolescencia, la hubiera disfrutado o aceptado de diferente forma.
En fin, ya está leída. Ya me he quitado la duda de quién era Ana la de Tejas Verdes.
Como parte positiva, además de "entretenerme", he encontrado unas frases muy reveladoras:
Como parte positiva, además de "entretenerme", he encontrado unas frases muy reveladoras:
Si no puedes brillar como una farola, entonces brilla como una vela.
No se puede practicar esgrima con un adversario que opone un hacha a un florete.
Si no hay nada mejor que la soledad con sueños, nada peor existe que la soledad sin ellos.
No se puede practicar esgrima con un adversario que opone un hacha a un florete.
Si no hay nada mejor que la soledad con sueños, nada peor existe que la soledad sin ellos.
Mientras decido qué nuevo libro con gatos voy a leer, reflexionaré sobre lo de brillar como una sencilla y caduca vela.
Título: Ana, la de la isla
Autora: Lucy "Maud" Montgomery (1874- 1972, Canadá)
Traducción: Elena Casares Landauro
Ediciones Toromítico
2017
Páginas: 320
Edad recomendada: 9 a 12 años
Nota: Ya ves que, al final, me he quedado en comentar exclusivamente la aparición de los gatos. Hay varios temas que podrían tratarse, tanto de feminismo como de religión, costumbres sociales, etc. Pero eso lo dejo para las redes sociales, si es que alguien se interesa por ello.
Nota: Ya ves que, al final, me he quedado en comentar exclusivamente la aparición de los gatos. Hay varios temas que podrían tratarse, tanto de feminismo como de religión, costumbres sociales, etc. Pero eso lo dejo para las redes sociales, si es que alguien se interesa por ello.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario. ¡Miaumuac! ~.~)=