No los voy buscando. Aparecen. Y si me dan tiempo, les hago fotos. Las que me permitan ellos, porque todos sabemos cómo son los gatos, que quieren pasar desapercibidos al mismo tiempo que son unos auténticos "top models" y siempre salen guapos.
En esta entrada podrás ver los gatos que he conocido en algunos de mis viajes, tanto por Asturias como por otros lugares de España. Espero seguir encontrando, al igual que gatos inanimados, más felinos a los que poder fotografiar.
Gatos de la isla de Palma de Mallorca
Playa de Palma, al atardecer un día de junio de 2017
Gato en la Playa de Rodiles, Asturias
Un día de septiembre de 2017
Gatos de Segovia
Al lado del Acueducto, septiembre de 2017
Gato de Llames de Pría, Asturias, un día de abril de 2018
Gato de La Barraca (Langreo, Asturias), una tarde de mayo de 2018
Gato de Bueño, Asturias, un día de agosto de 2021
En agosto de 2023, unos días para desconectar del mundanal ruido en Cueva, un pequeño pueblo de Asturias que pertenece al Concejo de Valdés, conocido por la Playa de la Cueva.
El primer día, un gato blanco se cruzó en nuestro camino: bajaba en dirección a la playa, supongo que algo de comida le esperaba en el chiringuito.
No es extraño ver gatos en los pueblos, libres y tranquilos porque saben que en alguna de las casas se les cuida. Este y el otro blanco los vimos entrar en una de ellas. Tan pronto estaban juntos como cada uno por su camino. Quedó claro que eran amigos o, tal vez familia.
En abril de 2024, me encontré con este gato muy amistoso en un pueblo de Asturias llamado Saliente, cerca de Luarca. Se notaba que convivía con humanos porque se me acercó sin bufar a los pocos minutos de verme. Además, justo a unos metros, había un par de casas con vacas, perros y gallinas, así que supongo que entraría y saldría libremente.
En agosto de 2024, paseando por Argüero, una parroquia de Villaviciosa (Asturias), descubrí a estos pequeños gatitos en una casa de una familia que conviven con perros, corderos y gallinas. Estaban jugando mientras su madre gata los observaba de cerca, a ellos y a nosotros.
Este fue el más atrevido y saltó la verja para jugar con esos humanos desconocidos que pasaban por allí. Hasta le puse nombre: Raposín. Me pasó igual que con gata Rassel que fue verla junto a sus dos hermanos y supe que ella sería la afortunada de vivir en esta casa.
En esta ocasión, Rassel les ha cedido el protagonismo.
Propietaria y autora de las fotos: Etel García.
Por favor, no utilices mis fotos con fines comerciales y no compartas sin mencionar. ¡Gracias!
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