Un poco engañada sí que me siento. Lo digo porque compré Una detective con olfato al leer en la sinopsis comercial que una perrita y una gatita ayudaban a resolver un crimen. He de decir que solo la perrita colabora en cierta medida.
Esto sirve para aquellas personas que no sean muy amistosas con los gatos y a veces no quieran comprar y leer una novela pensando que todo va a estar relacionados con los mininos. En Una detective con olfato no va a ser así, ya que la gata Twinkletoes se pasa la mayor parte del tiempo durmiendo en el hotel y, de vez en cuando, sale a pasear con las humanas. Hasta aquí todo su pequeño protagonismo.
En cambio, la perrita Trixie se mueve más y acompaña a la humana Holly Miller por el pueblo, va a los restaurantes e interactúa un poco.
Si te gusta el estilo literario 'cozy mystery' y eres 'dog friendly', seguro que disfrutarás de esta novela ya que la trama se desarrolla en un pueblo en el que todo está pensado para que los animales puedan disfrutar de todas las actividades junto a los humanos. El hotel de la abuela de Molly admite animales, los restaurantes, también; incluso tienen en el menú la comida humana adaptada para perros y gatos; y en todo el pueblo no hay coches para evitar accidentes.
En cuanto al misterio, pues como siempre en estos géneros, que encuentran a una persona muerta y Molly ayuda al policía en la investigación. Todo queda aclarado al final.
A lo largo de la investigación, van apareciendo personajes del pasado, salen a relucir enemistades entre familiares y vecinos, todas esas cosas de los pueblos pequeños que parece que todos se conocen, pero la realidad es que todos esconden algo.
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