Émile Zola nos muestra con este cuento titulado El paraíso de los gatos, que ansiamos lo que no tenemos y que no siempre es lo nuevo y diferente, ni tan bueno, ni tan divertido, ni tan emocionante.
Se dice que "Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer", y tal vez sea cierto, en la mayoría de las ocasiones.
Vivimos bien, pensamos que otros viven mejor. Luego volvemos, aceptando, reconociendo que estamos bien como estamos, con lo que tenemos. Y así, lo mejor será empezar a apreciarlo.
Nuestro gato protagonista cuenta en primera persona su aventura.
Vivía bien siendo gato casero; pero pensaba que, fuera de sus cuatro paredes, la vida sería más divertida y, desde luego, menos monótona. Cuando consigue escapar descubre la realidad de los gatos callejeros, la lucha por la supervivencia, por buscar qué comer cada día, pasando frío y soportando la lluvia. Un día fue suficiente para darse cuenta de lo afortunado que era por tener un hogar humano, con su rincón calentito y el comedero lleno sin tener que sufrir para encontrar alimento.
Vivía bien siendo gato casero; pero pensaba que, fuera de sus cuatro paredes, la vida sería más divertida y, desde luego, menos monótona. Cuando consigue escapar descubre la realidad de los gatos callejeros, la lucha por la supervivencia, por buscar qué comer cada día, pasando frío y soportando la lluvia. Un día fue suficiente para darse cuenta de lo afortunado que era por tener un hogar humano, con su rincón calentito y el comedero lleno sin tener que sufrir para encontrar alimento.
En realidad, no se trata de acomodarse, sino de apreciar lo que tenemos y cuidarlo.
¿Vale la pena salir en busca de aventuras y nuevos ideales? Pues, sí; pero sin despreciar lo que nos rodea y permite vivir plácidamente.
¿Conformismo o seguridad? En mi caso, seguridad.
¿Vale la pena salir en busca de aventuras y nuevos ideales? Pues, sí; pero sin despreciar lo que nos rodea y permite vivir plácidamente.
¿Conformismo o seguridad? En mi caso, seguridad.
Tener claro qué tiene más valor: la rutina de la comodidad, con el bienestar asegurado, o la intriga por lo desconocido que puede ser maravilloso.
El paraíso de los gatos, de Émile Zola, con ilustraciones de Ana Juan, está incluido en:
El paraíso de los gatos y otros cuentos gatunos
Editorial: Nórdica Libros
2012
Traducción: Íñigo Jáuregui
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