Después de varios años transcurridos desde la primera lectura, volveré a leer "Alegatos de los gatos, relatos con retratos de los gatos literatos" de Antonio Burgos que empieza así:
Probablemente Dios pronunció esa frase cuando creó al gato. Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, y tras crear cielos y tierras, mares y atardeceres, primaveras y nieves del invierno, las largas tardes del verano, el sol pintando de malvas el horizonte, los pájaros y los peces, los perros y los corderos, los conejos y los cervatillos, las jacarandas y los naranjos en flor, el flamboyán y el magnolio, el jazmín y la dama de noche, pensó que el hombre, ante tanta hermosura, podía llegar a creerse Rey de la Creación.
Y fue entonces cuando, para darle una lección de humildad, Dios puso un gato a su lado. Nos lo dice el Génesis de la apócrifa, anónima e inexistente Biblia del Gato, que Casiodoro de Reina podía habernos dejado como nos legó la Biblia del Oso:
"Y Dios decidió crear al perro para que el hombre se sintiera amado y aprendiera a amar, pero el hombre se volvió soberbio y entonces el Señor creó al gato para que el hombre aprendiera a ser humilde".
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Maravillosas palabras para empezar un libro. Quiero poder decir al final de su segunda lectura, que aún me gustó más que la primera vez y es que lo leí antes de adoptar a Rassel y desconocía muchas, pero que muchas cosas del comportamiento felino.
3 comentarios:
Si todo el libro es como ese fragmento debe ser muy bueno. Intentaré hacerme con él.
Es un libro muy cálido y cercano.Su lectura merece la pena.
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Gracias por tu comentario. ¡Miaumuac! ~.~)=