Tal vez estoy un poco desorientada, pero no veo que esta novela sea adecuada para todos los niños de entre 8 y 10 años, tal como se recomiendan. A mí, como adulta, me hizo sentir muy triste y angustiada con lo que el pequeño Lukas experimenta después de que su gatito Noche desapareciera.
Estas dos circunstancias (cuidar de Noche y empezar al cole) le hacían sentirse mayor, aunque no tanto como su hermano Markus que tenía el doble de su edad.
Era la personita más feliz del mundo. Adoraba a Noche. En cada uno de sus pensamientos se puede apreciar cuánto le quiere.
De forma inesperada, una mañana Noche no está ni dentro ni fuera, ni en ningún otro lugar cercano a la casa. Lo buscará desesperado. No ceja en su empeño de esperar que algún día su gatito vuelva a casa.
Ahí, con la desaparición de Noche es cuando yo pienso que algunos niños se sentirán muy tristes, aturdidos, esperando, al igual que Lukas, que aparezca su gato.
Es una historia cargada de emociones, maravillas al comienzo, pero no ya a la mitad y hasta el final. ¿Estarán los niños preparados para asimilar la pérdida? No tengo hijos, pero me recuerdo a mí con 8 o 10 años y me veo pasándolo muy mal.
Sí que estoy a favor de que se eduque para aceptar las vicisitudes de la vida, pero tal vez debería ser poco a poco y no tan de golpe, con una novela.
Desde luego, recomendaría a los progenitores leerla antes y decidir si sus hijos tienen la suficiente madurez como para afrontar la historia y aprender, como Lukas, a llevar a Noche siempre, siempre, en su corazón.
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