Tenía ganas de pasar página a un año demasiado simple, con pocas cosas relevantes hechas y casi nada interesante en mi vida humana para ser contado. Tal vez, si hiciera un resumen, otras personas sí vieran que he tenido momentos bonitos o importantes: yo, no.
En cuanto a gata Rassel, todo va bien. Hace unos días publiqué un acontecimiento excepcional sobre su longeva vida: la veterinaria le hizo una analítica y todo salió correcto.
Enero se presenta, en lo que respecta a este blog, bastante tranquilo. Las lecturas de diciembre han sido agradables, pero no espectaculares. También compartiré un par de cosas gatunas que tenía archivadas del año pasado y para las que no encontraba tiempo. Ya están hechas y las verás en las próximas semanas.
Si por el devenir de los días surge algo nuevo, también estará aquí ya que no dejaré pasar tiempo para compartirlas porque, pasado el momento, ya no son tan relevantes, o así lo veo yo.
La frase en el calendario gatuno de Legami es: Whoever finds a faithful friend, finds a treasure, lo que equivale a nuestro refranero: Quien tiene un amigo, tiene un tesoro.
Yo no tengo amigos. Conocidos, pocos. He tenido amigas y amigos en el pasado muy, muy lejano. La vida nos llevó por diferentes caminos que nunca se volvieron a cruzar. Recuerdo sus caras jóvenes, sus voces y algunos de sus nombres, poco más. A veces me pregunto qué recordarán de mí. Imposible saberlo.
Y esto es todo. Como dije en la entrada de diciembre con la portada del calendario 2023 de Legami, mi intención, que no propósito, es que la primera entrada del blog de cada mes sea el mes correspondiente del calendario gatuno. Al menos, en enero, lo he cumplido.
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