Ya comenté este mes de enero que había recibido varios regalos gatunos de parte de humanos el día de Reyes Magos. Hoy dejo aquí en el blog constancia de otro de ellos: las zapatillas de invierno con gatitos y peces.
Además de mantener calientes los pies, son muy cómodas y no me canso nada dando vueltas por casa mientras voy quitando pelillos de gata Rassel de todas partes.
Solo me preocupa un poco cómo quedarán cuando tenga que lavarlas. En fin, son riesgos que hay que correr en la vida y que solo sean esos, cosas tan simples como arriesgarse a sacar unas zapatillas de la lavadora todas despeluchadas. Hay asuntos más importantes de los que preocuparse y sobre los que reflexionar.
Mientras el desastre se produce o no, voy a disfrutar de estas zapatillas de invierno con gatitos y peces.
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