Me pregunto (no ahora tras leer La perfecta señorita, sino en otras ocasiones, en el pasado) si una persona mentirosa, malvada o psicópata ya nace o se va haciendo por el camino. Si, tal vez su cerebro se desarrolla de forma incorrecta durante en embarazo o lo hereda de algún antepasado...
La realidad aquí, en La perfecta señorita, es que la pequeña Thea ya portaba maneras desde bien pequeña.
Es un relato muy corto, de lectura fácil y tema inquietante; en esa línea de la escritora en la que se te mete en el cuerpo un poco de miedo -o un mucho-, como de película de terror psicológico.
Se lee en un suspiro, tomando un café, en el transporte de camino al trabajo o a casa, como muchos de los relatos que vas a encontrar en la web de Lecturia.
Otra cosa que me cuestiono es si los padres de un ser humano como Thea no se dan cuenta de que a su hija le pasa algo para poder identificarlo y tratarlo con un médico especialista antes de que sea demasiado tarde.
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